El pasado año terminó la segunda década del siglo XXI, sí, justo cuando acabó entero el año 2020. Ojo, la década de los "10" había finalizado en 2019, siempre lo digo para que no haya lugar a dudas.
Pues bien, como suele pasar en blogs con más de una década de vida, echando la vista atrás puedo ver cómo lo hice la vez anterior, hace 10 años, cuando repasé en varias entregas ese adiós a la primera década del XXI, cosa que por qué no vamos a repetir esta vez.
De nuevo comenzaré por los días inolvidables, aquellos que son acontecimientos muy importantes y donde la mayoría, o aunque sea sólo yo mismo, nos acordamos dónde estábamos en ese momento, por lo que pasaron a nuestra historia personal, ¡vaya si pasaron!:
1- 11 de marzo de 2011 (Accidente nuclear de Fukushima): para
los Generación X o los millenials más mayores, básicamente eso fue lo
de Chernobil de cuando éramos bebés, pero en nuestra época, y por suerte mucho menos grave. De pronto
hubo un terremoto brutal en Japón, de magnitud 9 y seguido por sus correspondientes tsunamis y parafernalias
terremotiles, y todo golpeó con fuerza en la zona en la que estaba la
central de Fukushima, que ninguno habíamos oído hablar de ella, pero que
nos recordó perfectamente todos los fantasmas nucleares que teníamos en
nuestra cabeza.
Hubo fusión de 3 núcleos y se esparcieron partículas radiactivas por el aire y por el mar. En principio no se dañó a la población en demasía, y tampoco a los trabajadores, aunque en el futuro varias decenas de ellos probablemente mueran de cáncer. No recuerdo ya bien lo que hacía, pero sí un viaje a Ciudad Real con mi jefe de entonces, licenciado en Físicas, para reclutar a un influencer del diseño gráfico para nuestros cursos. Recuerdo comentar el tema con él durante un largo rato. Por suerte, y 10 años después del mismo, todo quedó en un gran susto.
2- 15 de mayo de 2011 (15-M, manifestaciones contra el gobierno): sin extenderme demasiado porque muchos lo recordaréis bien: ese año, los ciudadanos de los países árabes manifestándose por todas las calles en lo que se vino a llamar la primavera árabe, reclamando sus derechos en contra de la tiranía de sus gobernantes: Túnez, Argelia, Egipto, Libia, etc... La cosa venía desde finales de 2010, y eso añadido a las famosas manifestaciones de la plaza Sintagma de Atenas, gestaron lo que luego ocurrió aquí en España. Todo comenzó con una manifestación el 15 de Mayo organizada por "Democracia Real Ya", que tras terminar continuó con una acampada en la misma plaza. En muchas ciudades españolas se imitó la idea, y en pocos días había bastantes, manteniéndose incluso hasta después de las elecciones que hubo 1 mes después.
Por supuesto, yo estuve en las manifestaciones de Granada, donde vivía por entonces, en las asambleas de Plaza del Carmen y en las concentraciones posteriores, sin llegar a quedarme ninguna vez a dormir, eso sí. Muchas flautas y muchos perros por doquier, pero no importaba porque el fin justificaba los medios.
Recuerdo con mucho cariño esas noches en Plaza del Carmen, en las que lo mismo de pronto se dividía a todo el
público en grupos de 10 para hacer asambleas en las que pensabas que
estabas cambiando el mundo; luego nos reuníamos todos después para
ponerlo en claro, para establecer unos mínimos, redactar conclusiones, etc. Recuerdo que creíamos que íbamos a cambiar el mundo, que esta vez era posible la revolución surgida desde el pueblo. Era el germen de lo
que luego fue Podemos, aunque nos vendieran parcialmente a todos por un puñado de
dólares...
3- 13 de noviembre de 2015 (Matanza en sala Bataclán de París): la pongo como representación de todos aquellos atentados a nivel europeo que hubo la pasada década. El primero relevante fue el de la revista Charlie Hebdó unos meses antes, y por supuesto siguieron otros en Niza, Bruselas, Barcelona, Ankara, Manchester, etc.
En aquel murieron nada menos que 130 personas, cifras similares a atentados como los del 11-M en 2004, que daban de nuevo esa sensación de que los islamistas radicales eran tan bestias, inhumanos e indiscriminados: hala, me cargo 200 de golpe donde sea luchando por a saber qué, sin mirar si son incluso de los míos, y con la esperanza de ir al paraíso. Mejor ni pensarlo, y teniendo en cuenta que el Islam en general es religión de paz, pues no se entiende.
Digamos que a los desastres naturales se uniría el terrorismo, en su sinrazón, en su aleatoriedad, en su horror por el horror, que ojalá algún día seamos capaces de evitar (que los naturales es casi imposible).
4- 15 de abril de 2019 (Incendio de Notre Dame): Nuestra
Señora, la catedral del mundo se podría decir, la más famosa, la más
fotografiada, la tan querida por ejemplo por mi madre, amante de ese
París que de joven la embriagó. Recuerdo con pavor aquel incendio,
mientras veíamos quemarse algo imposible, asemejándose un poco a lo de
las torres gemelas, por lo que representaba un símbolo a punto de
desaparecer. Finalmente se salvó, cosa que me alegra, el señor Jorobado
estará contento de ello.
La última vez que vi la Notre-Dame
como fue, tuvo lugar dos años antes, ya lo comenté en esta bitácora, por lo
que es un privilegio haberlo hecho. Luego la reformarán, pero ya no
estará la techumbre como era, la aguja de LeDuc (que también fue un
añadido en su momento), pero sí, estando en su lugar, siempre será
Notre-Dame.
No quiero pasar sin recordar un hecho que en España no se olvidará jamás: la enorme cantidad
de catedrales, palacios, iglesias, obras de arte, etc. que fueron
saqueadas, destrozadas o incendiadas por los franceses cuando nos
ocuparon en el siglo XIX. Lo digo porque en cierta manera hay que
reconocer que la destrucción total de Notre-Dame hubiera sido un poco lo
que a nosotros nos hicieron ellos, aunque como "venganza del destino",
claro, y en cierta manera un "os lo merecíais", pero es eso, mejor una
catedral de todos aunque la tengan ellos, que ninguna para nadie. Y siempre no olvidando que "los franceses" es demasiado amplio, y ahí entran los buenos y los malos, sin tener culpa aquéllos.
5- 14 de marzo de 2020 (Comienza el confinamiento pandémico en España): esta,
no por repetitiva deja de ser verdad. Un antes y un después en la vida de
los españoles, es lo que representa ese día. Dejamos nuestra vida
pasada y entramos en otra cosa, en una provisionalidad, en obras que
supuestamente acabarían (un año después seguimos en obras), y no sabemos
aún si volveremos a retomar donde lo dejamos, eso sí, con uno, dos,
tres o los años perdidos que sean.
Siempre recordaremos lo que
sentimos, lo mal que lo sentimos, es que nos tiramos más de 1 mes
encerrados en casa, y aterrorizados por un virus que ya ha matado más de
100.000 en nuestro país según dicen.
Aquí lo dejo, casi ninguno quisiera que se repitiera, suele pasar, y nuestra propia memoria nos protegerá de recordarlos demasiado, pero ahí están y así nos marcaron. Hechos para olvidar recordando otras cosas mucho mejores, que las hay y que por suerte al final pesan más.