La mayor hazaña jamás contada, Elcano

No, no vengo a hablaros de historia en sí misma, ni a contaros con pelos y señales aquel inimaginable periplo extraordinario como la Odisea, todo está en los libros, las enciclopedias y las páginas web, ahí, a vuestra disposición, a disposición de todos; pero, a pesar de ello, creo que el viaje epopeya que aquellos cientos de hombres realizaron hace ahora cinco siglos está muy infravalorado actualmente respecto de tantos y tantos hechos históricos que han sido plasmados en películas, libros, música, etc... y están mucho más arraigados en el imaginario popular.

Que sí, que hace ahora 500 años, un puñado de dieciocho hombres montados en la nao Victoria al mando de Juan Sebastián Elcano, llegaron al puerto de Sanlúcar de Barrameda tras haber dado la vuelta al mundo (la circunnavegación del globo, como también se conoce), en una expedición que había comenzado 3 años antes, con cinco naves y 239 hombres, que fueron poco a poco diezmando hasta casi su desaparición total, llegando a buen puerto milagrosamente tamaña empresa, en lo que debería ser una de las mayores hazañas realizadas por el hombre, más allá de inventos tecnológicos actuales, simplemente teniendo un enorme valor y coraje, un arrojo que ya no se estila y los suficientes conocimientos técnicos para navegar tantos y tantos días sin ver tierra.

Uno lo piensa y alucina... los americanos deberían estar haciendo películas a razón de una por año, pero claro... fuimos los españoles los que dimos la vuelta al mundo, nosotros como "empresarios" y muchos marinos de una tripulación multicultural y multinacional los que la llevaron a cabo, a las órdenes, primero del portugués Magallanes, y a su muerte del español Juan Sebastián de Elcano, sin que el hecho de que el capitán fuese portugués nos haga olvidar que los portugueses no quisieron participar de la aventura poniendo recursos para ello, a pesar de que ahora se empeñen en hacerla suya, qué por qué no iba a ser también una "hazaña ibérica", claro que sí, pues había integrantes de ambos lados.

Entre medias, muchísimas penurias, anécdotas que les llevan al borde de la muerte, motines, racionamiento, alimentación a base de ratas y serrín, muertes a cada encuentro con los indígenas, frío antártico, naves que se van yendo a la deriva hechas añicos y obligan a recomponer tripulaciones, otros que desertan de vuelta a España, hambre y consiguiente escorbuto, llegada por fin a Asia y muerte del capitán, algunos apresados que acabaron llegando a España más tarde, incluso años (17 en total), vuelta evitando puertos portugueses en África y llegada famélica y en los huesos para obviamente nunca llegar a hacerse ricos, y sí pasar sus nombres a la posteridad:

 

Juan Sebastián Elcano, Francisco Albo, Miguel de Rodas, Juan de Acurio, Antonio Lombardo Pigafetta, Martín de Yudícibus, Hernando de Bustamante, Nicolás de Nauplia, Miguel Sánchez de Rodas, Antonio Hernández, Francisco Rodríguez, Juan Rodríguez, Diego Carmena Gallego, Hans de Aquisgrán, Juan de Arratia, Vasco Gómez Gallego, Juan de Santander y Juan de Zubileta.

Ni más ni menos, casi cada mes podría ser un capítulo de una serie de películas que jamás olvidaríamos, de aventura como ninguna en la historia, de desventuras como no podríamos casi ni asimilar, de supervivencia, de lucha por seguir respirando, de miedo a lo desconocido y ganas de ver por fin a tu mamá, tu casa, tu país, mientras temes quedar para siempre en el quinto pino.

Más gloria deberían tener todos esos marinos, y tantos que participaron en la Conquista de América y tantas otras, mientras los acaudalados ricos, nobles y reyes se sentaban a criar articulaciones gotosas, así es la vida cuando los que mandan han dejado de participar en las batallas y son otros los que se las luchan a cambio de unas monedas, de un prestigio y de una fortuna que jamás compensa el haber burlado la muerte tantas veces.

Algún documental, alguna película, algún libro hay... pocos son, para echar un vistazo a la mayor hazaña jamás contada: la Vuelta al Mundo en 3 años, de Juan Sebastián Elcano.