30 mayo, 2023

Racismo, ¿un mecanismo natural?

Antes de nada, y como todos sabéis: estamos inmersos en la cultura de la ofendiditis, que promulga que todo comportamiento humano es susceptible de ofender a alguien, por lo que los seres humanos han de estar calladitos y pidiendo perdón todo el día por sus actos, sólo así expiarán sus continuos y flagrantes pecados. Ojo, los de extrema izquierda también ofenden, ofendemos, faltaría más.

Bueno, pues partiendo de la idea de que hables de lo que hables: ofendes, hoy vamos a hablar de racismo, uno de esos temas en los que cada palabra es una afrenta, cada opinión censurable y en los que si te tachan de algo acabas en el ostracismo de por vida, y no, no me considero racista, pero...  

Y es que este tema se ha puesto de moda tras los insultos racistas recibidos por un jugador del Real Madrid (cuyo comportamiento en el campo suele dejar mucho que desear, vaya eso también por delante y quede constancia de ello), los típicos "mono, mono" que suenan a insulto arcaico y absurdo digno sólo de mandriles, que no tienen culpa de que los humanos seamos a veces más animales que los propios animales.

Y pensando pensando, pienso que es evidente que hay un mecanismo natural subyacente a todo esto, que invalidaría totalmente la posibilidad de que haya personas 100% no racistas, pues es nuestra naturaleza. Es sencillo de ver: en las primeras comunidades humanas todos eran más o menos parecidos, y el peligro solías llegar de fuera, de gente diferente, distinta a nosotros... Ese racismo o xenofobia no tiene por qué ser algo deliberado y forzado, sino que es un mecanismo natural de defensa frente a individuos extraños que podrían causarnos trastorno o dañarnos, punto... Que sí, que luego la mente humana manipulada ha sido capaz de reforzar y aumentar enormemente ese estereotipo que simplemente trataba de protegernos, de modo que se ha pasado del miedo al diferente a un odio, a una ridiculización, a un complejo de superioridad y muchas otras cosas más que nada humanas serían.



Y es entonces cuando surgen las barbaridades, los genocidios y demás, las acusaciones infundadas a razas completas, incluso; y entonces es cuando el racismo lo inunda todo y emponzoña todo un planeta. No, me niego, no es que haya un país racista u otro que no lo es, pero sí hay muchas malas personas que lo son; lo que hay en España no es racismo, son muchas malas personas juntas a la vez, que odian, mientras que a una mayoría nos importa poco de dónde vengas, el color de piel que tengas o el dinero de tu cuenta bancaria. Eso sí, siempre, por ley natural estaremos más cómodos con los que vemos iguales, de eso no hay ninguna duda.

Y me diréis que es una opinión racista, y no, la opinión es buena gente, el racista sería yo, a lo sumo, y asumo que me diréis que entre mis iguales hay también ladrones y malas personas, puede que más que entre negros, gitanos, sudamericanos, moros, chinos (¿qué más minorías hay para ser racistas?), y os lo reconoceré, que sí, que la mayoría entre todos ellos son buenos, más seguramente que entre mis iguales, y qué... de forma natural hemos evolucionado para sentir esa cierta tirantez, ese mínimo estado de alerta al ver lo distinto, como sentiríamos lo mismo si viéramos una seta rara, una rana rara o un bicho raro con colmillos de 20 centímetros... lo normal, lo natural. Y eso no quiere decir que no sepamos adaptarnos en sociedad y tratar exactamente igual a esos que parecen diferentes y no lo son. Y ahí es donde entra esta idea: hay malas personas incapaces de ello que se sienten mejores al ser superiores odiando a los que no son como ellos... no les hagáis caso, ellos son la minoría que nos hace creer que todos somos así, pero no hay más mentira que generalizar el todo por una parte tan irrisoria.

Total, que más o menos lo he planteado, y en conclusión: que el racismo proviene de un mecanismo natural evolutivo, que tenemos y tendremos, eso no hay más vuelta de hoja, pero el mal está en quienes lo han potenciado artificialmente para enfrentarnos, para beneficiarse de un estatus inventado y enriquecerse a nuestra costa.

Y para terminar: ¿es el fútbol español racista? Pues no, los racistas son un número ínfimo de energúmenos que acuden a los campos de fútbol y que los directivos no son capaces de erradicar del todo porque son los que más "unga unga" tienen, los que más animan, los más garrulos, los más machistas, etc, etc... sí, seguramente tenga que ver con la testosterona, porque la mayoría son tíos, es una realidad. Y así, por tanto, el que generaliza con ese "España es racista" es el que más equivocado está...


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