Simplemente, Ibáñez
Esta era una deuda que tenía que pagar y así lo hago, pues en deuda estamos generaciones y generaciones de niños españoles que pudimos vivir tantas aventuras y aprender tantas cosas junto a sus personajes, los de Francisco Ibáñez, los Gotera y Otilio, Rompetechos, Sacarino, Mortadelo, Filemón, el 13 Rue del Percebe y todos sus acompañantes, tantos y tantos durante más de medio siglo.
Me hacía gracia el hecho de que este dibujante pareciera no retirarse nunca, ahí, publicando media docena de álbumes todos los años a pesar de superar con creces los setenta y luego los ochenta. Pensaba como con tantos que jamás se iría, que era eterno como sus personajes, y lo es, pero hace unos días que definitivamente colgó sus lápices y dejó para siempre de plasmar en ese tablero ese universo que tenía en la cabeza, con la que no pretendía más que divertirnos a todos viendo la vida de esa forma tan hilarante y positiva, mientras parecía no acabar de forrarse nunca a pesar de haber vendido más de cien millones... de locos.
Ya hablé hace unos años aquí de él y sus personajes cuando se cumplieron los 50 años de Mortadelo, y tantos y tantos han hablado estos días de él, por lo que tampoco sería capaz de añadir mucho más. Entonces comentaba que en el 75 aniversario quizá ya no fuera capaz de dibujarlo, pero no pensaba que nos dejaría 10 años antes de llegar a eso, y sin llegar a recibir el Príncipe de Asturias como tantas veces se rumoreó que merecía (aunque el cariño de los lectores y ser el más vendido compensara seguro).
Simplemente dar las gracias por haber convivido con él, pues las futuras generaciones ya sólo lo tendrán de oídas, y leerán los Mortadelos que se hicieron en una época anterior, pero no serán contemporáneos de él, que eso siempre da esa sensación de ser parte de algo. Yo me he reído muchísimo leyendo a este tío, me he sentido muy identificado con su humor y forma de crear, con esa forma de ver la vida tan cachonda, tan quitándole hierro al asunto, y por supuesto que ha dejado cosas en mi forma de ser, en mi humor e incluso en mi vocabulario. ¿Quién no usa diariamente las famosas "colodrillo", "hotentote", "mofa y befa", o recuerda a Patricio Ardíllez, Obdulio Propopop o Juanito Batalla?
También me identificaba por aquello de que su madre era de Jaén (lo que deduzco por la cantidad de alusiones a esta provincia que hay en sus creaciones), e incluso que había nacido un mes después que mi madre, que siempre une lazos entre creador y lector cuando sabes que el tío es paisano, aunque no viva aquí. Ya nos quedará a muchos una amplia biblioteca, y para siempre la posibilidad de adquirir, alquilar o contraprestar cualquiera de sus obras. Por desgracia tuvo muchos problemas en la época de Bruguera, y acabó por producir solamente a Mortadelo, cuando en su elenco inicial había mucho que rascar en otros de sus personajes, pero así es la vida y las personas no somos infinitas, no tenemos tiempo para todos y el tiempo se nos acaba.
Gloria a Ibáñez y a sus personajes, que para siempre existirán, que nunca olvidaremos y que de vez en cuando podremos rememorar en sus álbumes. ¡Gracias, Francisco!
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