La vuelta al cole

 Ropa nueva, vieja y prestada, mochila reluciente, estuches recién sacados del plástico, lapiceros, plastilina de colores, ceras para pintar... Zapatillas nuevas, chándal, sonrisa puesta y muchas, muchas ilusiones por lo que viene, por ver a los compañeros y compañeras, por empezar una nueva etapa, por disfrutarla y sufrirla a partes a veces desiguales, por aprender y desaprender, por esforzarse sin recompensa y a veces con ella, por darse cuenta de que la rueda no para, no desanda su camino, sólo te apisona sin piedad...

La vuelta al cole que llegó inexorable un año más para algunos, un año mucho después para otros, algunos viviéndola ya como hermanos, como padres o como abuelos. Incluso como vecinos que ven como aquellos bebés de hace un puñado de meses ahora ya peinan coletas o se enfundan uniformes totalmente inesperados, el tiempo ha pasado, eso no hay quien pueda dudarlo.

 

Recuerdo mis vueltas al cole, como tantos, con ese olor a nuevo de lo que lo era, y la curiosidad por ver si lo prestado tenía alguna muesca, señal o mensaje secreto de sus antiguos propietarios. Las ganas de ver a mis amigos de nuevo, de vivir la adrenalina del grupo, de dejarse llevar y enseñar por los profesores, de jugar, jugar y jugar mientras esté permitido.

Recuerdo que rápidamente deseabas volver a las vacaciones, pero que la rutina acababa por desechar esa idea en pocos días. El verano se había alejado un poco más y ahora sólo ese intuir el otoño ya hacía presagiar que volvería a ser un año largo.

Luego, los años largos se convierten en muy cortos y pasan y pasan, durando todos el mismo suspiro que cada vez exhala menos aire, terminando algún día para casi todos esa deseada vuelta al cole que ahora ya es vuelta al trabajo y conlleva sus obligaciones, más allá de entregar ejercicios y pensar en unos controles o exámenes que quedan aún muy lejos. Pero no, eso lo dejaremos para otro día, porque hoy, sin duda, para tantos, la rueda que vuelve a girar nos presenta ahí, en la puerta, expectantes, recién llegados e inexpertos, tuyo es el mundo, el colegio, bébetelo, porque aquí está de nuevo: la vuelta al cole