23 noviembre, 2024

Siendo positivos, la solidaridad de la tribu nos salva

 Para que luego no se pueda pensar que sólo decimos cosas malas en las redes sociales, que no somos capaces de comentar lo bueno, que siempre nos quejamos, y no, también hay cosas buenas, que el ser humano no es malo por naturaleza aunque los que más destaquen lo sean, que todos o algunos llevamos dentro el espíritu de ayuda, que los más pasotas también lo tienen, y que quizá es lo mejor que los seres humanos tenemos todavía, ese sentimiento de tribu a la que hay que ayudar, esa unión que aunque cada uno vaya a su bola en el diario, surge con fuerza en las malas circunstancias.

 

Y así:

-Un camionero autónomo deja su trabajo un par de semanas para dar varios portes desde su pueblo a llevar herramientas para los que están limpiando Valencia

-Una mujer que no llega a final de mes dona 50€ para las víctimas en una campaña

-Otro que gana en dos minutos lo mismo que la de antes en un mes, dona 400.000€ así como si nada.

-Unos universitarios cruzan caminos durante cuatro horas para ir a ayudar, con unos guantes y una pala

-Una chica mueve en redes sociales montañas para conseguir que alguien ayude a sus vecinos.

-Un desconocido dona una silla de ruedas especial para un enfermo de parálisis

-Unos bomberos vascos viajan altruistamente para echar una mano

-Varias empresas de muebles envían muebles y colchones para la zona.

-Un aspirante a policía se tira una semana durmiendo 3 horas para seguir ayudando y ayudando.

-Supermercados, asociaciones, perfumerías, cuadrillas, instituciones, agrupaciones, almacenes, constructoras, concesionarios... muchos más, todos volcados en ayudar.




Entretanto, las hienas han surgido, porque ellas no forman parte de esa tribu:

-Los que estuvieron robando aquella noche todo lo que pillaron en los comercios

-Los que entran a las casas a echar un ojo.

-Los empresarios que obligaron a seguir trabajando a gente que no podía desplazarse varios kilómetros al haber perdido su coche.

-Los que mandaron a sus comerciales al día siguiente para intentar ir vendiendo productos para la reconstrucción.

-Las inmobiliarias que mandaron supuestos voluntarios para engañar a los que lo habían perdido todo para vender sus casas.

-Los seguros que rápidamente se quitaron de enmedio para no pagar nada con la excusa de la meteorología

-Los políticos y los "fans de algún extremo" que como buitres intentaron sacar tajada de los errores de sus oponentes.


 

Y sí, todas esas hienas abultan mucho, pero no son capaces de emborronar toda esa marea de solidaridad surgida de toda España y de parte del mundo, con ganas de ayudar, de limpiar, de acompañar, de proveer, de dar un gran abrazo, porque todo es un corazón embarrado, porque tantas cosas y personas se han perdido para siempre, porque reconstruir también es importante, porque mañana volverá a amanecer y ya no habrá nadie que piense en ellos, porque los gobiernos ni todo lo pueden ni todo lo quieren, y así, la solidaridad de la tribu es lo único que nos queda y lo único a lo que podemos agarrarnos, porque sí, cuando peor esté la cosa no desesperes, la tribu estará ahí.


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