Nuestra Porcuna vaciada en la Jaén vaciada
Esto no es un artículo de pesimismo, sino un artículo de esperanza, de esperanza en que un futuro mejor sea posible, de que aún estemos a tiempo de revertir este malvado proceso que está vaciando nuestros pueblos, nuestra provincia, desproveyéndola de su mayor capital: las personas; metiéndolos en una máquina perversa de globalización que hace que a nivel nacional la población se esté concentrando en unas pocas provincias y ciudades, en unos polos que son el centro y la periferia, o que hace que a nivel regional se concentre en unas pocas capitales y pueblos, situados en unos focos que son los ejes de comunicación, los grandes ríos y la costa, quedando el resto como tierras prácticamente desiertas.
En el caso de la provincia de Jaén están claramente marcadas las zonas de crecimiento (muy escasas), correspondiendo con la mayoría de centros comarcales históricos y el área de influencia de los mismos, dejando lo demás como sectores de alto decrecimiento, de dejadez y vacío absoluto, con pueblos que han perdido en menos de un siglo más de la mitad de su población, a veces incluso las tres cuartas partes, opositando a que esas comarcas pronto acaben siendo enormes páramos inhóspitos. Llevando las cosas al extremo podríamos decir que da la sensación de que se ve a la España vaciada como un simple lugar de producción para las grandes ciudades, ya sea de alimentos o incluso de energía, llenándola de placas solares para sustentar a esas macrourbes donde nadie es de allí, donde todos podrían estar perfectamente en cualquier otro lugar, y donde las raíces de la mayoría proceden de alguno de esos pueblos vaciados a los que muchos probablemente nunca volverán.
El resultado del descenso de población en todos estos lugares está siendo una pérdida paulatina de servicios, ya que primero empiezan a compartir el instituto con otros pueblos, luego se marchan algunas funciones públicas que han de prestarles localidades con más habitantes (por ejemplo: pruebas médicas, rayos X, ciclos de grado superior, juzgado de paz, incluso sacerdote, etc.), más tarde desaparecen establecimientos comerciales que dejan de ser rentables al bajar la clientela (bancos, tiendas de ropa, mercado, bares, zapateros, farmacias, etc.), en algunos casos por decidirse el cierre ante esa falta de perspectivas y en otros por no renovarse tras la jubilación; y más adelante llega la pérdida casi total de tejido comercial e industrial, y de servicios que habrán de recibir en la capital comarcal o en pueblos más grandes; luego llega la fusión de grupos de edad en el colegio, y finalmente, la emigración de gran parte de la población joven, la ausencia casi total de nacimientos, pérdida de la escuela, médico, etc. En algún caso se produce la fusión desesperada con otros pueblos de similar tamaño, dando lugar a un nuevo municipio, buscando mantener esos servicios, y más allá, con el paso implacable de los años y la acción de esta máquina endiablada, se terminará con la despoblación casi absoluta cuando la generación más numerosa nacida 80 ó 90 años antes cuando se alcanzara el pico de mayor población, fallezca, ya que eran el gran grueso de habitantes. Como ejemplo en nuestra provincia de Jaén, veamos un listado de los cinco municipios que más población perdieron desde 1940 a 2021 (de hecho, sólo entre las 16 localidades que más habitantes han perdido, la reducción total suma 100.000 individuos):
# |
Localidad |
Población |
1º |
Santiago-Pontones |
10.166 habitantes |
2º |
Beas de Segura |
9.985 habitantes |
3º |
Alcaudete |
8.199 habitantes |
4º |
Villacarrillo |
7.914 habitantes |
5º |
Porcuna |
7.586 habitantes |
También es interesante repasar la estadística de los pueblos de la provincia que más han visto reducida su población desde 1940 a 2021 (he subrayado los que cuentan todavía con más de cuatro mil habitantes):
-Han perdido más del 75% de la población: Iznatoraf, Villarrodrigo, Santiago de Calatrava, Santiago-Pontones, Hornos y Chiclana de Segura.
-Han perdido entre el 60% y el 75% de la población: Génave, Sorihuela del Guadalimar, Cabra del Santo Cristo, Torres de Albánchez, Benatae, Torres, Hinojares, Aldeaquemada, Jimena, Beas de Segura, Villardompardo, Higuera de Calatrava, Baños de la Encina, Albánchez de Mágina, La Iruela, Segura de la Sierra, Cambil y Pegalajar.
-Han perdido entre el 50% y el 60% de la población: Cazalilla, Siles, Chilluévar, Carboneros, Orcera, Santa Elena, Bédmar y Garcíez, Castellar, Campillo de Arenas, Lahiguera, Porcuna, Quesada, Castillo de Locubín, Escañuela, Valdepeñas de Jaén, Fuensanta de Martos, La Puerta de Segura, Arjona y Frailes.
Sin duda que estas cifras dan una sensación dantesca, apocalíptica, desastrosa, y anuncian la llegada de un verdadero invierno demográfico... Y ojo, en muchos casos todavía se está a tiempo de revertir el proceso, sobre todo en lugares que aún conservan 1500-2000 habitantes, cifra en la que se podría establecer el punto de "no-retorno sin tomar medidas drásticas". Y es un poco la pescadilla que se muerde la cola, porque sin población no hay nuevas empresas ni nuevos proyectos, no hacen falta servicios y tampoco hay dinero ni mano de obra para construirlos o mantenerlos; pero claro, si no hay empresas ni proyectos ni servicios, no viene gente nueva al pueblo y la poca que hay se va, y así sucesivamente... ¿Arreglaría el problema que las administraciones comenzaran a prestar servicios de nuevo pese a no haber población suficiente? Pues quizá no, pero al menos haría la vida algo más fácil a los habitantes de estos lugares (que también pagan impuestos) y sería una especie de reclamo al modo de ese "wifi para teletrabajar" que algunos publicitan, y todo eso sumado a otras iniciativas podría ayudar a paliar esa despoblación.
Lógicamente, es imposible parar de la noche al día el descenso cuando la pirámide de población está tan invertida (esto significa que hay mucha más gente mayor que joven, por lo que por ley de vida siempre van a ir falleciendo más que naciendo), pero el objetivo sería cambiar eso desde cierto punto y que algún año empiecen a nacer más niños que el anterior, no hay nada más sencillo para revertir una situación así.
Imagen: Pirámide de población en Porcuna en 2022
Entonces, ¿esto quiere decir que estos municipios tienen pendiente aún perder casi la mitad de su población actual, hagan lo que hagan? Pues probablemente sí, pero siendo conscientes de este hecho, de la difícil realidad que tenemos ante nosotros, hay que construir el futuro, ni más ni menos. Como ejemplo de este complicado horizonte a medio plazo, tenemos que en Porcuna en 2023 había 408 personas de 0-9 años, mientras que eran 822 las personas de 60-69 años, lo que nos da una idea del crecimiento vegetativo negativo que vamos a ir teniendo.
Además, si repasamos el número de individuos de entre 5 y 9 años que hay en la provincia, vemos que las cifras de Porcuna son más cercanas a las de localidades de 3.000 y 4.000 habitantes que a las de 6.000 ó 7.000, que en casi todos los casos tienden a perder todavía muchísima población. Como ilustración de esta tendencia, vamos a hacer una suposición muy básica: que la tasa de natalidad sea constante a partir de hoy (aunque más bien va a seguir bajando), que la esperanza de vida sea de 85 años (algo por encima de la realidad), y no tendremos en cuenta las migraciones (que podrían cambiar mucho las cosas para bien o incluso para mal). Así, una localidad de 5.000 habitantes tendría que tener de media por cada grupo de edad de 5 años, unos 294 individuos, cifra que por ejemplo en una de 3.000 habitantes sería de sólo 176 individuos (a poco que analicemos la tabla siguiente nos haremos una idea de la irremediable propensión a la baja que de momento todos van a sufrir):
Localidad |
Población de 5 a 9 años |
Puesto en provincia Jaén |
Población 2024 |
Tendencia futura |
Jaén (capital) |
5016 |
1º |
111767 |
= |
/../ |
/../ |
/../ |
/../ |
|
Los Villares |
296 |
17º |
6079 |
= |
Cazorla |
294 |
18º |
7012 |
↓ |
Torreperogil |
277 |
19º |
7113 |
↓ |
La Guardia |
265 |
20º |
5218 |
↓ |
Marmolejo |
261 |
21º |
6507 |
↓↓ |
Peal de Becerro |
250 |
22º |
5276 |
= |
Arjona |
231 |
23º |
5376 |
↓ |
Huelma |
229 |
24º |
5522 |
↓ |
Beas de Segura |
215 |
25º |
4968 |
↓ |
Porcuna |
197 |
26º |
5907 |
↓↓ |
Santisteban del Puerto |
196 |
27º |
4457 |
↓ |
Villatorres |
195 |
28º |
4267 |
↓ |
Quesada |
187 |
29º |
4952 |
↓↓ |
Navas de San Juan |
187 |
30º |
4409 |
↓ |
Pozo Alcón |
187 |
31º |
4550 |
↓ |
Sabiote |
156 |
32º |
3780 |
↓ |
Vilches |
154 |
33º |
4190 |
↓↓ |
Lopera |
149 |
34º |
3539 |
↓ |
Castellar |
149 |
35º |
3156 |
= |
Arjonilla |
145 |
36º |
3531 |
↓↓ |
/../ |
/../ |
/../ |
/../ |
|
Villarrodrigo |
6 |
97º (último) |
387 |
↓↓ |
Precisamente en Porcuna tenemos uno de los casos más flagrantes de "Jaén Vaciada" (quizá el que más entre las localidades de mediano tamaño), ya que llegó a ser uno de los diez pueblos de mayor dimensión de la provincia a principios del siglo pasado y ahora ronda el puesto 22º, y en un siglo se van a perder dos tercios de los casi 15.000 habitantes que llegaron a vivir aquí cuando estalló la Guerra Civil, por lo que la población va a acabar siendo exactamente la misma que casi 200 años antes, en el censo de 1842, cuando contaba con 5.206 almas. No hay que ser pesimistas por ello, es una realidad, sin más, y esto no quiere decir que vaya a acabar como otras localidades vaciadas de solo unos cientos de habitantes, pero algún aliciente tendría que haber para vivir aquí. Lo que está claro es que la crueldad de la guerra, la represión posterior, la dureza de la posguerra y la mecanización del campo hicieron que muchos tuvieran que salir a mitad del siglo XX, y luego la falta de inversión, de empresas grandes, el inmovilismo de las subvenciones y las malas comunicaciones por carretera (además de las inexistentes por otros medios) hicieron el resto: Porcuna a día de hoy no es un lugar atractivo para venir a vivir, como otros pueblos de la provincia que han sabido reconducir la situación sí lo son, por desgracia (por cercanía a la capital o a cabeceras de comarca, por estar al lado de la autovía, por tener buen tejido industrial o acoger alguna gran empresa, etc.).
Por supuesto, querría valorar en este punto a “los que se quedaron”, que son los que al final mantienen vivo un pueblo, pese a que los que están fuera también contribuyan, algunos acudiendo a menudo y otros solo para las fiestas; pero al final el día a día lo salvan aquellos, manteniendo vivo el “parque temático” para que los demás disfruten, que también es lícito, por qué no, aunque siempre sin perjudicar a los que están aquí todo el año.
En cualquier caso, y aunque no hay más remedio que lanzar la voz de alarma y despertar a los que aún no sean conscientes de ello, sí puede haber ciertas soluciones, y aunque el turismo no es la panacea ni va a conseguir que vengan a vivir miles de personas por sí mismo (tengamos en cuenta que algunos de los pueblos más turísticos de España son Morella, con 2.455 habitantes, Laguardia con 1.469, Pedraza con 348, Alcalá del Júcar con 1.160, Frías con 270 o La Alberca con 1.064, y ninguno parece que esté creciendo exponencialmente debido a ese aluvión de visitas que reciben cada día, dando quizá más esa sensación de parque temático que de un lugar donde vivir tranquilos). Y sí, el turismo es una pata en la que sustentarnos que habría que reforzar con la existencia de unas fiestas iberorromanas, la rotulación de las calles en íbero, la puesta de algún monumento-recordatorio en la entrada relativo a ese pasado y otras muchas iniciativas que seguro llegarán o están llegando ya; pero a ello habría que unir la presencia de más empresas de tamaño medio (por ejemplo, la existencia de una industria transformadora para no perder el valor añadido del aceite de oliva), de una red de comunicaciones aceptable (donde la construcción de la autovía Jaén-Córdoba es primordial), de una infraestructura eléctrica del primer mundo (hoy en día la luz se va en cuanto sopla una brisa y así es muy difícil seguir conectado con el mundo) e incluso de incentivos concretos para que familias con niños se empadronen aquí o personas vengan a establecerse y teletrabajar (aunque sea en empresas a muchos kilómetros de distancia). A favor tenemos, por supuesto, muchas cosas: la famosa tranquilidad de los pueblos y su calidad de vida, el clima suave (no muy frío en invierno y no tan caluroso en verano como otros pueblos de campiña, al estar en alto), el atractivo de su enorme historia de más de dos mil años (y seis mil de población en nuestros alrededores), las costumbres, fiestas, tradiciones, comida típica y el buen talante de su gente, cosas hay, incluso todavía mantenemos un tejido comercial con cierta solidez, pese a que poco a poco se van perdiendo muchos negocios (aunque se espere que el turismo pueda revitalizar todo ello en cierta forma).
Y luego, que no se me olvide comentar un punto importante que es un poco hacer un símil empresarial, ya que se suele decir que cuesta mucho más conseguir un nuevo cliente que fidelizar o mantener al que ya tienes, lo que se podría extrapolar a la despoblación, puesto que va a ser mucho más fácil conseguir que alguien nacido en Porcuna o que sus antepasados lo hicieron, se establezca aquí, que lo haga otra persona sin vínculo alguno con el pueblo. Así que, claramente, se debería enfocar un mayor porcentaje de los esfuerzos en hacer retornar a algunos de los miles de porcuneros que viven fuera, ya que será más probable tener éxito con ellos.
Así, desde aquí hago un llamamiento con ese típico "a quien corresponda" que suele aludir a los gobernantes (que son conscientes del tema y actúan en consecuencia), pero a toda Porcuna en general, que no es el pueblo o los que viven aquí, sino todos los que la llevan en su corazón vivan en el planeta que vivan, y les diría que juntos tenemos que luchar para evitar seguir formando parte de esa "Jaén vaciada", para dejar de ser la "Porcuna vaciada" sin remedio que el futuro cercano nos pinta, porque aún hay tiempo, aún hay soluciones que se pueden implementar y remedios efectivos que aplicar. Sin duda que una de las medidas más urgentes podría ser la creación de una "concejalía de despoblación", que en algunos lugares ya existe, para enfocarnos de forma más efectiva en este problema que es mucho más grave de lo que pensamos, o crear algún tipo de comisión que se reúna a menudo y trabaje con ahínco para mejorar, centrada en la búsqueda de resultados.
Como ilustración de eso que llamamos la "Jaén Vaciada", he elaborado un mapa donde he marcado los pueblos menores de 20.000 habitantes que más cifra de población han perdido en los últimos 75 años, curiosamente concentrados en zonas concretas como son la campiña cercana a Porcuna, las sierras Sur y Mágina, y el Parque Natural de Cazorla, Segura y las Villas. En unos años (ojalá pocos) espero poder publicar otro artículo en el que agradezca a todos el esfuerzo y analice cómo Porcuna consiguió salir de su situación de "en vías de vaciarse" para convertirse de nuevo en ese próspero lugar donde todos quieren vivir, un ejemplo, un modelo. Deseo que entonces los que ahora me leéis y muchos otros nuevos que lo hagan, podáis disfrutar de todo ello.
Imagen: Sombreados los 43 pueblos que han perdido más de 2.000 habitantes desde 1950. En gris claro los 30 que han perdido menos de 4.000, en gris oscuro los 6 que han perdido entre 4.000 y 6.000, y de negro los 7 que han perdido más de 6.000.Fuente de las estadísticas: Instituto Nacional de Estadística e Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía.
Como añadido al artículo, os dejo también este muy visual gráfico con la evolución de la población en la provincia de Jaén desde 1787 a 2018:
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