La vacuna, ese experimento sociosanitario
Bueno, pues hoy me llegó la hora, como 'geriatric millenial' que soy. La hora de la vacuna, tras tanto tiempo vacunando a nuestros mayores, incluso a nuestros maduros, y ahora que los rangos de edad comenzaron a descender por debajo de los 40 años. En su momento se llegó a decir que para julio; y mira, para junio ya estamos vacunados, incluso alguno lo estará a final de mes por debajo de los 30, alucinante ritmo el provocado por tantas compras de vacunas, por las Faiser, las Yansen la Astraséneca o la Moderna, la única tan fácil de pronunciar, todas sacadas a toda velocidad, mientras otras se han ido al garete por haber fracasado los ensayos, y otras aún están por salir, creadas a un ritmo más pausado que permitirá tener más seguridad pero que no era rentable a la hora de acabar ya y cuanto antes con la pandemia.
Porque la vacuna es un doble experimento: por un lado el sanitario, ya que obviamente es imposible con los parámetros científicos actuales preparar una vacuna segura y bien probada en menos de 1 año, por lo que sí que podríamos entender que a gran escala se está produciendo una especie de "experimento", pero no, no demos cancha a los antivacunas y a los conspirapandémicos. Simplemente se trata de una vacuna sacada con muchísima prisa ante la gravedad de esta pandemia, ni más ni menos.
Por otro lado tenemos este experimento sociológico, con personas locas por ponérsela, otros que jamás se la pondrían porque son guays y más inteligentes, y con todos ellos haciendo 'lobby' por una opción u otra. Tontos hay muchos, incluso descerebrados, pero tiene que haber gente para todo, y conspiranoicos no faltan hoy en día, y por supuesto, tampoco experimentos extraños tiene que haber, pero no, no están incluidos en forma de imanes en la vacuna, ni de microchips de Windows (que seguramente darían un pantallazo azul), será otra cosa, quizá todos los vacunados casquemos en un par de años, un 70% de la población de tantos países, de la mundial.
Total, que quizá a partir de ahora (o en unos días cuando ya haya hecho efecto completo) empecéis a notar cosas raras en esta botella, síntomas propios del experimento, quizá sí, quizá no. Hasta entonces, disfrutemos de lo votado, disfrutemos de lo vacunado, y quizá en unos días digamos adiós a las fatídicas mascarillas, símbolo inolvidable de este año y pico tan terrible que pasamos y que ojalá nos sirva como experiencia para evitar que se repita o paliarlo antes si lo hace.
Palabra de vacunado en la antigua Biblioteca de Porcuna, que no recuerda ya la última vez que fue vacunado, de algo, quizá en el Instituto o el Colegio en los 90, quién sabe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario