25 marzo, 2022

Tormentas perfectas

Todo va bien, balsa de aceite, equilibrio perfecto, todos felices. De pronto una mariposa aletea las alas en Filipinas y dos días después nos arrasa un huracán.

Situación similar, castillo de arena, de pronto una mosca se posa en un grano de arena "de carga", que se cae, y todo se desmorona como un castillo de naipes.

Capitalismo actual, todo va bien, de pronto algo no cuadra, un precio empieza a subir, y todo acaba con una hecatombe económica brutal... quién sabe, todo podría pasar cuando pendemos de un hilo, e incluso cuando los cimientos son fuertes, una tormenta perfecta podría derribarlo todo, justo existe una tormenta, un terremoto, un vendaval preparado para cada estructura irrompible y eterna, justo el que está para ella...


 

Un buen día el gobierno cambia la forma de calcular la factura de la luz, y la factura de la luz se multiplica por diez, por veinte... más adelante la gasolina sigue subiendo y empieza incluso una guerra que hace que suba más el gas (con el que se calcula el precio de la luz), y por supuesto la gasolina.

Las empresas empiezan a tener muchos más "insumos" (como se dice ahora a los gastos), con la luz y la gasolina por las nubes, con el gas o butano escalando, y empiezan a repercutir un poquito en sus precios de venta. A la misma vez, empieza a haber gente a la que no sale rentable salir a trabajar: pescadores, camioneros, autónomos, etc... que no cumplen su parte de la cadena de distribución y empiezan a ocasionar escasez. 

Con esa escasez, los que venden ese tipo de productos, suben un poquito más los precios. Mientras tanto, algunas materias primas que vienen de Ucrania empiezan a escasear, sumado a la crisis que ya había con otras materias primas, y entre las que ya habían subido y las que no hay, aquí o no llegan o llegan caras. Eso hace que los que fabrican con esas materias primas tengan que cerrar o volver a subir los precios.

Con esas tres subidas de precios, sumadas a las de la energía, muchos empiezan a tener problemas para llegar a fin de mes, por lo que los que fabrican o venden, vuelven a subir los precios, por cuarta vez.

Eso repercute como una pescadilla que se muerde la cola en ellos mismos, en otros que fabrican otras cosas, en los propios usuarios y en la inflación, que se dispara hasta cotas insospechadas. Al subir la inflación, suben muchas otras cosas y algunos empiezan a agobiarse.

Llegan entonces las manifestaciones, y hay que subir también sueldos a funcionarios y pensionistas, que se manifiestan sin pensar en que a autónomos y personal por cuenta ajena no les va a subir tanto... todo forma parte de la tormenta perfecta que formó una pescadilla con su cola...

Así, la subida sigue y sigue y nadie la para... ¿Podría pararse? ¿Hay alguna forma?

Pues sí, pero alguna de las partes tiene que ceder en su escalada, y dar ejemplo así a las otras. Si el gobierno baja la gasolina, pero todos aprovechamos para conseguir más márgenes y guardar para cuando no haya, los precios seguirán igual o casi, y no habremos solucionado nada. Habría que bajar y convencer a todos para que también lo hagan, en espera de que la tormenta perfecta de bajadas de precios reajuste todo, pero es difícil, porque una vez que los precios suben, nunca vuelven a bajar.

Y así nos encontramos, tras tantas calamidades y desgracias, en mitad de una guerra y en los estertores de una pandemia en una tormenta económica perfecta, con precios por las nubes y energía que algunos empiezan a no poder pagar. Y mientras tanto, los que tenían que haber parado la tormenta cuando empezó, siguen dando largas, callando y otorgando, dejando de hacer sus funciones, echando la culpa al viento y al mar de algo de lo que el 99% es suyo, para eso son los que tienen el poder.

¿Volveremos a ver el gasoil a 1,20€ como hace unos meses? ¿Volverá la luz a valer 0,12 euros como hace un año? ¿Volverá a valer el pan 65céntimos como hace 3 años? 

Claramente: No

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