La efeméride que cambio todo, ahora que todo acabó
No es que vaya a tener esta pandemia una fecha de fin, obviamente, pero dado que muchos países hace tiempo que eliminaron las mascarillas completamente, que Francia lo hace hoy (quedando prácticamente ya sólo España a nivel Europeo), y que justo hace 2 años que nos confinaron por primera vez en España, sí, esta efeméride puede verse perfectamente como el principio de todo, y dos años después, el mismo día, como el fin, de algo que ha quedado perenne y endémico entre nosotros, pero que seguramente y cruzamos los dedos, ya no volverá igual, aunque no sabemos si diferente.
Hace dos años teníamos la mosca detrás de la oreja de un apocalipsis zombie que venía ocurriendo en China e Italia, y que aún no sentíamos nuestro, aún lejano, aún imposible, y que cambió nuestra vida para siempre, marcando con una equis dos claros años, para todos, más allá de los que tuviera o tendrá cada uno de nosotros, esos dos, 2020 y 2021, y el final en 2022, quedaron para siempre grabados en nuestras almas, como aquella vez que nuestra generación se rompió en dos trozos, como tantas antes siglos o décadas atrás lo hicieron. Esta fue la nuestra, la pandemia mundial, y hace justo eso, dos años.
No voy ahora a repetir todo aquello, a relatar, a rememorar cada detalle, pero como efeméride que es y cumpleaños de un mal sueño que ya debería haber terminado, merece al menos este recuerdo, una pincelada, una pequeña reseña, nota al pie o glosa emilianense, un subrayado, un simple puntito recordatorio.
Hoy, todo está olvidado por culpa de una guerra que no nos ha dejado olvidar poco a poco, sino a todo trapo, de forma brusca y violenta, nunca mejor dicho. Hoy se nos ha olvidado que perdimos dos años de nuestra vida, empleados en una batalla que no era la nuestra, por un virus que a saber dónde y cuándo fue concebido, para qué, cómo y por qué oscuro motivo, sea natural o artificial.
Sólo nos quedará contárselo de la mejor manera posible a los del futuro, de una manera "noabuelocebollética", para que parezca real, no inverosímil y falta de rigor como a veces son las hazañas insípidas de algunos que no tienen nada que contar. Lo contaremos sabiendo que no pueden entendernos, sobre todo lo de aquellos meses prácticamente encerrados en casa, con toques de queda, con horarios prohibitivos, con problemas mentales, con taras que quedaron para siempre, con obsesiones, dejes y remilgos que va a ser difícil quitarnos.
Hoy hace 2 años que una buena noche estábamos celebrando la vida y al día siguiente nos la habían limitado hasta límites insospechados, recordemos esto, no lo olvidamos, que todo puede irse al traste de un momento a otro, ahora que todo acabó, ahora que quizá cualquier día todo empieza de nuevo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario