10 febrero, 2023

Puedes seguir con su vida

 Hoy voy un poco con el rollo friki, la experimentación, la gamificación, la filosofía, la ciencia-ficción o la distopía, como queráis llamarlo vosotros si os parece bien usar mis sugerencias, o perfectamente utilizando las que os parezcan más adecuadas.

Esta entrada me recuerda a una que escribí hace años sobre qué habría hecho un profesional con nuestra vida, justo con nuestras herramientas, a dónde podríamos haber llegado si hubiera tomado las riendas de nuestro cuerpo y mente alguien con dos dedos de frente, capacidad de discernimiento y luces necesarias para tomar las mejores decisiones camino del éxito.

En este caso y relacionado con aquello, se me ocurre que quizá en el futuro podría existir un mecanismo para intercambiarnos los cuerpos temporal o definitivamente, de modo que podríamos dejar durante un tiempo que otra persona tomase las riendas de nuestra vida, siguiendo a partir de ahí con ella y devolviéndonosla más adelante, o incluso no haciéndolo nunca (obviamente nosotros continuaríamos en otro cuerpo auxiliar mientras tanto, o podría ser que habláramos de un simple intercambio).

Lógicamente esto plantea dudas, porque el hecho de que un profesional o alguien al que le va mejor que a nosotros, tome nuestra vida y nosotros la suya, seguramente acabaría mal para él, de ahí que me plantee ese "cuerpo auxiliar" o simplemente un "quedarnos dormidos" hasta volver a recuperar nuestra consciencia más adelante.


 

Sería curioso: nos dormimos durante un año y alguien que sabe lo que hace toma las riendas de nuestra vida y nos la devuelve justo cuando despertamos, mejorada, maravillosa, habiendo quitado la escoria sobrante, viento en popa y habiéndole insuflado una energía inusitada y una inercia positiva imposible de apagar.

Imaginemos: una superestrella del vivir nos devuelve a nuestro sitio con un trabajo mejor, mucha más pasta, una inercia que nos lleva a ganar aún más, relaciones sociales mejoradas, una salud de hierro, etc... ¿merecería la pena regalar un año de nuestra vida para conseguir eso? Pues en muchos casos, probablemente sí, quizá por desidia o comodidad no hacemos o deshacemos ciertas cosas, pero un observador externo que nos analice y tome decisiones, quizá pueda catapultarnos al éxito, quién sabe...

Y luego está la opción más pobre: el intercambio de vidas, tú coges la mía y yo la tuya, y a quien Dios se la dé, que San Pedro se la bendiga. Lo mismo el tío/tía es un inútil y nos sumerge más en el pozo, y nosotros ahí intentando lucirnos con su vida mientras nos devuelve una piltrafa... o no. ¿Y si el cambio fuera irreversible? En ese caso, supongo que ambos daríamos el todo por el todo y el resultado sería más apetecible.

Otro juego que se me ocurre, consiste en presentarnos varias opciones para elegir qué vida continuar, así, un ramillete de posibilidades: la de un campesino soltero de 35 años en Botswana, un carpintero australiano de 60, una ciclista irlandesa de 25, un parado chino de 40 años o un niño ruso ciego de 8, tú decides por cuál te cambias, y lúcete si puedes, o al menos que te quedes como estás.

En conclusión: siempre hemos escuchado a los listos de "yo si fuera tú", ¡pues toma, chaval!, ahora puedes demostrarlo.

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