26 octubre, 2023

Solo es cuestión del arma que tengamos a mano

Se me derramó un poco de café al rellenar el bote, me decepcioné por no calcular bien e hice un ruido con la boca.


Se me cayó al suelo la tapa de la mantequilla y lo hizo bocaabajo, me disgusté e hice un aspaviento con el brazo.


Se fundió la bombilla de la despensa y me molestó, y dije "mierda".


Me di un golpe en el dedo meñique del pie y me dolió y frustró, y di un golpe en la mesa con la mano.
Vino mi niño con otro suspenso del colegio, me enfadé y le grité "joder, si es que te lo dije, un mes sin consola"


Tiré al suelo sin querer el reloj de pared y se rompió, me cabreé y di un dos puñetazos en la pared.


Nos metieron un gol en el último minuto y quedamos eliminados, me sulfuré y grité "me cago en tooodo ya, qué malos".


Me pitaron cuando no debían mientras cruzaba la calle, me envalentoné y le enseñé el dedo corazón.


Se me colaron en la entrada al metro, me enojé y lo quité de enmedio con el brazo.


Me rozaron con un patinete al pasar, me indigné y lo tiré al suelo de un empujón.


Insultaron a mi hija en el parque, me exasperé y le di un tortazo.


Me hicieron una raya con la puerta en el aparcamiento, me enervé y le rompí los dos espejos.


Me molestaron hasta las cuatro de la mañana con la música los vecinos, me irrité, subí y les di dos cuchilladas.


Publicaron unas fotos ridículas de mi mujer en redes sociales, me enervé y prendí fuego a su jardín.


Me quitaron el puesto del ascenso en el concurso de méritos, me exalté y le pegué un tiro al que acabó en primer lugar.


Mi hija sufrió acoso escolar y no le dieron papel en la obra del cole, me enfurecí y les puse una bomba en el recreo. 


Hablaron mal de mi familia, de mi religión y de mi país, me encolericé y les lancé un misil.


Me convirtieron en una mala bestia, en un ser si corazón, en un autómata, en una máquina de matar, y no me afectó en absoluto, y simplemente con toda la tranquilidad del mundo, apreté el botón rojo...

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La moraleja es que en cada situación límite que tuve, mi reacción final sólo fue cuestión del arma que tenía a mano en cada momento, pues en cada una la adrenalina es siempre 100, sin que podamos gestionarlo fácilmente muchos de nosotros. Algunos pueden, pero no todos, y por tanto es necesario que la mayoría no tengamos a nuestro alcance ese misil, esa pistola o ese botón rojo.

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