31 diciembre, 2024

Mi primera vez, la censura en redes sociales

Para todo hay una primera vez, y esta para mí llega tras más de 15 años en redes sociales (bien sea como usuario de Tuenti, Facebook, Twitter, Instagram o las decenas de redes en las que tuve que bucear a lo largo de mis años como tutor del curso de Community Manager en el Centro de Enseñanzas Virtuales de la Universidad de Granada). 

Quizá sorprendente, pero NUNCA había recibido una denuncia (o la misma había llegado a buen puerto) por haber publicado alguna fotografía o artículo en las redes sociales o en mi blog. Es verdad que intento que la mayoría de imágenes que añado en esta bitácora sean Creative Commons para evitar malentendidos, pero a veces se puede escapar algo. En cualquier caso, sí que me ha ocurrido al revés: he visto fotografías hechas por mí pululando por las redes sociales sin citar la autoría, y me han "fusilado" artículos del blog en internet pasándolos como suyos, es lo que hay, no se da ningún valor al trabajo y es más fácil "robar" que pensar por ti mismo. Eran otros tiempos, los comienzos de los "Social Media", y casi que todo se puede entender por desconocimiento o simple dejadez.

En este caso se trata de una fotografía realizada por mí, por lo que la propiedad intelectual es mía, en la calle, en mitad del campo, desde una zona de libre acceso al público (no está vallada) y hacia un paisaje de casas de un pueblo, en una ladera. Es verdad que tiene la particularidad de que justo por esa zona se ha redescubierto hace poco un edificio de grandes dimensiones que data de dos milenios atrás y se está intentando recuperar para explotarlo turísticamente, pero el edificio no deja de estar al aire libre a la vista de todos, por tanto, la fotografía no está mostrando nada "secreto" por decirlo de algún modo.

Ya hace tiempo que tenía la idea de captar una imagen de la obra desde otro punto de vista distinto del habitual, desde un cerro cercano que tiene buena perspectiva, y hace unos días me fui para allá, la hice y la envié a algún amigo y familiares, con la sorpresa agradable de que a todos había gustado y tampoco habían visto esa toma tan diferente de lo visto hasta ahora. Así, decidí colgarla en Facebook para el deleite de mis paisanos y la tan importante difusión de nuestro patrimonio. 

Todo iba bien hasta que alguien denunció el contenido (no sé el motivo exacto porque Facebook no te lo dice, simplemente la elimina) y desapareció, aunque ya había sido compartida en algunos grupos (y guardada por varias personas), por lo que ahí no se iría hasta que los administradores la quitaran. Me extrañó mucho, pero ya en un comentario alguien dijo "a ver cuánto dura", lo que primero no entendí, pero luego ya sí... Entre los pocos comentarios que tenía todavía, ya alguno vislumbraba que se había borrado, destacando uno que decía: "Cómo que lo han borrado? Pero si eso se puede ver perfectamente, por qué esconderlo?".

Minutos después, y aunque ya estaba eliminada, fui contactado por los responsables del proyecto para que retirara la imagen de la red social, para evitar malentendidos sobre la obra, posible incitación al expolio y también porque la Administración les ha pedido expresamente que haya la menor publicidad posible en las redes sociales hasta que no esté terminada la obra. Lo entendí perfectamente y la eliminé, aunque no lo comparta al 100%, ya que la obra no se ve por dentro, y si realmente no quieren que se vea en absoluto, esa misma administración debería poner medios y taparla por completo en su perímetro, y más aún: si no se pueden hacer fotos de ella, no es normal que de aquí para atrás haya tantas instantáneas hechas por otras personas y en las que aparecen los propios trabajadores, publicadas en internet sin ningún control. Así, podría pensar: ¿por qué esas fotos sí y la mía no? ¿Es que esa perspectiva (aparte de ser la mejor) es dañina por algún motivo en concreto?

Ya digo, entiendo el fondo e incluso la forma, pues todo lo que sirva para proteger nuestro patrimonio, bueno es; pero sí habría que ser coherentes con la idea y retirar las demás (me consta que ya se está en ello). En cualquier caso, dado que no puedo publicar mi fotografía de momento hasta dentro de un par de meses que termine esta fase del proyecto (y tampoco lo haré aquí), sí he pensado hacer un repaso a las que ahora mismo hay en las redes, esas que no han tenido ningún problema para pervivir, aunque espero que con buen criterio sean retiradas en breve, de eso estoy seguro, por ejemplo:

[Aclaración: por supuesto, si alguno de los autores desea que elimine alguna de las imágenes aquí presentes no tiene más que decirlo, sobre todo cuando ya hayan sido eliminadas de las redes].

-Hay una página dedicada a la construcción, al parecer hecha por alumnos del colegio, y en la que se muestra en la foto de perfil y fragmento de muro: Enlace

-Hace casi un año se publicó esta que era parecida y creó las dudas de algunos comentarios sobre si se la iban a censurar, pero no tuvo esa mala suerte (aunque casi ni se aprecia la obra).


-El pasado verano, nuestro alcalde, gran valedor de este proyecto de recuperación y de muchos otros, publicó varias fotos con el avance en las obras, que muchos agradecimos y que sirvió como orgullo de tantos, siendo republicada y compartida decenas o cientos de veces (supongo que por entonces los responsables del proyecto sorprendentemente desconocían la gravedad de publicar instantáneas así, pero en cualquier caso supongo que serán retiradas muy pronto):


 -Tiempo después también aparecieron fotos del interior de la obra, de las propias gradas del edificio, también realizadas desde dentro, aunque cualquiera desde la calle puede fotografíar a través de las vallas esas mismas gradas. Hace unos días las encontré sin problemas pero a día de hoy no aparecen, quizá hayan sido retiradas con buen criterio. ¡Bien hecho! 

 

-En cuanto a noticias en las que aparecen imágenes, tenemos por ejemplo esta del diario Lacontradejaen, parecida a muchas otras, numerosísimas, incluso en diarios de tirada nacional que tratan sobre el tema dando mucha expectación, pero ojo, no incitando para nada al expolio, claro.

 

-Respecto a Google, y si es que el problema es que mi instantánea tan panorámica puede indicar de algún modo la ubicación, vemos que está bien señalizado por GPS, vamos, que duda no hay, y categorizado y nuevamente con imágenes de la obra:


 

-Por supuesto, en las imágenes de Google aparecen decenas de ellas, la mayoría con cargos públicos o trabajadores en ellas, por lo que no parece un problema que aparezca alguien (la próxima vez me vendré con el señor Moreno Bonilla y que pose delante, y de camino suelte unos milloncejos de euros para poder terminar la obra).


 

-En cuanto a los vídeos, tenemos por ejemplo estos dos: uno de Canal Sur con más de 10.000 reproducciones, en los que se ve cómo se ha permitido perfectamente acceder, y sobre todo filmar, el interior de la obra sin restricciones, y si vamos a Youtube más de lo mismo, hay numerosos vídeos con entrevistas, filmaciones a la obra y demás.

 Enlace al vídeo


Enlace al vídeo


En conclusión: debemos defender nuestro patrimonio y a la misma vez difundirlo, porque si no, nadie lo hará, y si de algunos dependiera volvería a estar enterrado para que no destacara respecto de otros ya existentes, pero hay que tener cuidado porque el peligro acecha y tampoco se puede dejar uno abierta la puerta de su casa, de eso hemos de estar seguros. 

En cualquier caso, tampoco podemos pasarnos de celo porque entonces el propio pueblo del que muchas veces los académicos se burlan acaba perdiendo esa identificación con la historia y la arqueología al verlas como "el cortijo de unos pocos", y entonces pasa lo de siempre, que deja de importar y empiezan de nuevo las pérdidas que tanto daño han hecho.

Esperando a que finalmente se dé por terminada la obra y por fin podamos disfrutar de instantáneas y publicaciones, invitados quedáis a ver el pueblo y todo lo que tiene que ofrecer. El nombre no lo digo para evitar que a nadie se le ocurra venir de momento, claro...


Por Cierto: Es curiosa la "cruzada" que días después se ha ido produciendo, con la publicación de varias fotos más por parte de otros usuarios, que rápidamente han sido borradas, y nuevamente republicadas por los mismos usuarios. Se nota que hay cierta guerra entre aficionados y profesionales que no lleva a nada bueno y que exigiría al menos mucha más transparencia y una explicación, aparte de la necesaria pedagogía que tampoco se está haciendo. Insisto en lo dicho, no podemos provocar que el pueblo deje de identificarse con el patrimonio o le dé la espalda, eso es el fin...

26 diciembre, 2024

José Gómez Bautista (el de Cómpeta), y familia

Dentro de esta serie de artículos sobre personajes familiares más o menos cercanos, hoy le toca el turno a mi antepasado "forastero" más reciente: José Gómez Bautista.

Como aclaración de lo anterior, he de decir que todos mis antepasados nacidos después de 1800 lo hicieron en Porcuna, y que de mis 64 abuelos quintos (abuelos de mis tatarabuelos), este es el único nacido fuera de mi pueblo, por lo que podría considerarse mi "mancha en el expediente porcunero", aunque lógicamente conforme subimos en el árbol de cualquiera comienzan a aparecer las procedencias más diversas. 

Por el mismo motivo, también fue el primer "agujero" o vacío que tuve en mi árbol genealógico cuando este empezó a crecer, quedándome ahí esa espinita clavada desde hace 20 años, no sin que hubiera hecho varias tentativas infructuosas para rellenar el hueco, hasta que a principios de 2024 confirmé su procedencia real y la de sus padres (José Gómez y María Bautista), y pude empezar a dibujar también esas ramas hacia atrás.

Lo primero que me sorprendió cuando lo encontré en los libros parroquiales de Porcuna fue que en algunas partidas aparecía que su origen era Cómpeta (Málaga), y en otras que era la villa de "Carias" (Cádiar), en el arzobispado de Granada, aunque el hecho de que alguno de sus descendientes era apodado "Cómpeta" confirmaba el primero de los orígenes. ¿Podría ser un error lo de Cádiar?, podría ser...

Durante estos años hice algunos intentos de descubrir la solución, como escribir a los archivos de Granada, ir al Archivo Diocesano de Málaga a buscar los libros de Cómpeta, donde sorprendentemente no estaba..., o buscar su matrimonio celebrado en Porcuna en el Archivo Diocesano de Jaén (donde se reflejan los enlaces en los que uno de los contrayentes era de fuera). Pero nada...

Fue a finales de 2023 cuando tuve conocimiento del grupo de Genealogía Granada en Facebook, que enviaban partidas microfilmadas previamente por los colaboradores de la web FamilySearch (de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días), y que contenía un buscador. Ahí encontré un posible hilo al aparecer bautismos y matrimonios de Cádiar, aparte de los vecindarios del Catastro de Ensenada de 1752, en los que di por fin con los antecedentes de José Gómez y María Bautista, los padres de nuestro protagonista. 

Partida de bautismo de José Gómez Bautista en la parroquia de Cádiar, 1787


Después, ya fue cosa de tirar del hilo del lado materno, del que sorprendentemente encontré más y más información (al ser de un pueblo pequeño como Lobras en los que muchos matrimonios tenían cierto parentesco, eso obligaba a hacer un expediente matrimonial más largo en el que se detallara ese parentesco apareciendo nombres hasta de bisabuelos), pero todavía me quedó la espinita del paterno, hasta que alguien terminó de "indexar" (copiar a mano en Excel los libros) muchos libros del pueblo de Cádiar después del verano, pudiendo finalmente encontrar también ese lado paterno.

El resultado de todo el proceso son varias generaciones de granadinos alpujarreños repartidos por numerosos pueblos de los que muchos no habrán oído hablar en su vida: Cádiar, Lobras, Narila, Notáez, Tímar, Mairena, Ugíjar, Bérchules, Jorairátar, Cástaras, Nieles, Albondón, Mecina Bombarón, Yátor, etc... toda una historia procedente de aquellas zonas moriscas que fueron repobladas en su mayoría a finales del siglo XVI, y que confluyeron de forma milagrosa en nuestro protagonista para llevar su apellido Gómez a Porcuna a principios del XIX, y sus genes a tantos paisanos entre los que me encuentro.

 

Vamos con la minibiografía en este caso:

José María de los Dolores Gómez Bautista nació en Cádiar (Granada) el 20 de abril 1787, siendo hijo de José Gómez Palomares, también de Cádiar, y de María Bautista Martín, del cercano pueblo de Lobras (como curiosidad respecto a su nombre, hay que indicar que por esa época en Cádiar, casi a la mitad de los bautizados o bautizadas se les añadía ese "de los Dolores"). Años después debió emigrar a Cómpeta (Málaga), en la sierra de la Almijara, en la bonita comarca de la Axarquía, y posteriormente a Porcuna, donde se casó en 1821 con Soledad Bellido Molina e inició la segunda rama familiar más antigua del apellido Gómez en el pueblo.

Su hijo Luis Gómez Bellido se casó en 1851 con Ana María Valenzuela López, y de él nacieron por ejemplo María Soledad Gómez Valenzuela, mi tatarabuela (y de cuyo marido Manuel Millán Herrador ya hablé en otro capítulo), y Luis Gómez Valenzuela, con quien curiosamente continuó una saga familiar de varios "Luis Gómez" nacidos en Porcuna durante varias generaciones hasta que el último de ellos nació en Rivas-Vaciamadrid, por ese hecho de la emigración inherente a nuestra vieja Obulco durante el siglo pasado, y sin que probablemente vaya a continuar, lo que venía siendo casi un milagro después de tanto tiempo.

 


Pero, aunque es muy interesante esa continuación hasta la actualidad, lo es aún más su historia familiar anterior, que por ejemplo en varias ramas he conseguido llevar hasta los inicios del siglo XVII, y que quién sabe si no podré ampliar con nuevas adquisiciones del grupo de Genealogía, al que debo el haber podido alcanzar esta meta. Por desgracia, sólo mandan una partida al mes, así que eso dilata mucho en el tiempo la investigación y la comparación y cotejo de datos para intentar que sean lo más correctos posibles, así que ahí ando: pidiendo partidas de vez en cuando para intentar acercarme a un porcentaje de fiabilidad alto en mi nuevo árbol granadino (son mis únicos antepasados granadinos hasta la fecha).

Respecto a los lugares de procedencia de todos esos antepasados, los muestro en la imagen siguiente, como ilustración de todo ese rico enjambre de genes alpujarreños que parte de Cádiar y llena casi por completo toda una comarca, todos como mucho a 13 kilómetros a la redonda de Cádiar (por carretera algo más, claro, por esas escarpadas montañas): 


 

A continuación os facilito una pequeña lista con el árbol que he ido confeccionando y que he decidido colgar aquí para disfrute de los descendientes (Millán, Gómez, Baudet, Romero, Navas, Barranco, etc...).

Incluyo en la tabla las generaciones que tengo completas, poniendo el año de nacimiento y lugar de cada uno, y os explico en tres puntos sencillos cómo se interpretaría: 

           1) El número 1 es el individuo inicial, 2-3 son sus padres, 4-5-6-7 sus abuelos, en el 8 empiezan sus bisabuelos y en el 16 sus tatarabuelos. Este sistema para numerar antepasados se conoce como "Sistema de Sosa" y es muy útil cuando empezamos a tener cientos o miles de antepasados que registrar.

           2) Cada generación es una potencia de 2. Por ejemplo: 2 elevado a 2 = 4 (eso quiere decir que la segunda generación, la de los abuelos, empezaría en el número 4, y son justo 4 personas).

           3) Para saber los padres de cualquier persona sólo tenemos que multiplicarla por 2 (por ejemplo, los padres de la 7 son el 14 y la 15), y para saber el hijo de dos personas hacerlo al contrario dividiendo por dos el número del padre (por ejemplo, la hija del 18 y 19 es la 9). 


Si tenéis cualquier duda al respecto, comentádmela, y os la intentaré resolver, aunque creo que será fácil de comprender:

Nombre Apellido Apellido2 Año Nac.
Lugar
1 José María Gómez Bautista 1787 Cádiar 
PADRES
2
José Gómez Palomares   Cádiar 
3 María Bautista Martín   Lobras 
ABUELOS
4
Francisco Gómez García 1709
Cádiar 
5 Rita de Palomares de Arévalo 1740 Lobras 
6 Francisco Bautista Martín 1734 Lobras 
7 Liberata Martín Moreno 1741 Lobras 
BISAB.
8
Salvador Gómez Pelegrina 1679 Cádiar 
9 María García de Almendros
1681 Cádiar 
10 Juan de Palomares Montoro 1700 Lobras 
11 Gabriela de Arévalo González 1698 Lobras 
12 José Bautista Ximénez 1688 Lobras 
13 Rosa Martín Martín 1697 Lobras 
14 Juan Martín Moreno 1712 Lobras 
15 María de Aguado Rodríguez
1717 Cádiar 
TATARAB.
16
Simón Gómez     Cástaras 
17 Esperanza de Peregrina   1646 Cádiar 
18 Juan García  Navarro   Notáez
19 Isabel  de Almendros   1639
Cádiar 
20 Juan de Palomares  Alcalde 1670 Jorairátar 
21 María Montoro Ximénez 1680 Jorairátar 
22 Andrés de Arévalo     Lobras 
23 María González     Lobras 
24 Antonio Bautista     Ugíjar 
25 María Ximénez     Tímar 
26 Pedro Martín     Lobras 
27 Juana Martín     Bérchules 
28 Juan Martín     Lobras 
29 Agustina Martín     Lobras 
30 José de Aguado  de Artieda
1686 Cádiar 
31 Luisa Rodríguez   1693 Albondón 

 

He de añadir que el número más lejano al que he llegado ahora mismo sería el 160, correspondiente al bisabuelo del 20, que debió nacer a finales del siglo XVI. Además, ya que manejáis perfectamente eso de los números Sosa, como curiosidad añadiré que nuestro protagonista José Gómez Bautista es mi número Sosa 100.

¡Espero que os haya gustado repasar nuestras raíces granadinas! Nos vemos en próximos episodios de esta serie que podría llamarse "Personajes anónimos tan importantes como los que pueblan las enciclopedias y sin los que algunos no existiríamos".


Actualización 09-01-2025: A la lista de pueblos hay que añadir el de Júbar, pedanía de Mairena, ya citada. Además, el número más lejano al que he llegado ahora mismo sería el 978, correspondiente al padre de una tatarabuela del 30, que debió nacer a mediados del siglo XVI.

21 diciembre, 2024

La lotería del 22, en Navidad

Diría que es casi un récord lo de hoy (que se refiere al día en el que empecé a escribir estas letras, que formaban parte del cuarto post que escribía ese día, 12 de diciembre de 2024, un récord sí), pero no por ello hay que parar, pues quién sabe cuándo volverán a tocar las musas sus campanillas.

Primero fueron las criptomonedas por haber mirado la app de criptomonedas, luego las entradas demasiado largas al ver la de las criptomonedas, y después la de los miotomos por haber comido atún ese día... Día bien aprovechado que no se puede decir que fuese un día de vacaciones y de aventuras, pero en cualquier esquinilla puede uno "rascar" una entrada para el blog, si se fija, si mira donde debe mirar, y si las ganas y sobre todo la vorágine diaria se lo permiten.

Hoy, como cuarto post escrito ese día, vamos a hablar de la Lotería de Navidad (más que nada, porque he hecho una búsqueda rápida y no había dedicado nunca un post a ella directamente, aunque sí la había nombrado una docena de veces).

Lo que en España llamamos Lotería de Navidad es un sorteo que se celebra todos los años en Madrid con unos bombos centenarios y unos premios que son cantados por los niños de San Ildefonso, un colegio de la zona en el que la nacionalidad del 90% de los abuelos parece no ser española. Algo muy tradicional, algo muy nuestro como la Navidad, como el anuncio de la Lotería que todos los años intenta rizar el rizo (a pesar de soler salir un calvo) para embriagarnos y persuadirnos para comprar más y más décimos, esas décimas partes de los billetes de lotería, lo que llamamos también una "serie".

Los números posibles son del 0 al 99.999, y se pueden comprar por internet en numerosísimas páginas y también en las administraciones, algunas tan famosas como los "El gato negro" que hay en todas las ciudades y las más castizas y propias como "Doña Manolita" o "La bruxa d'or", que de algún premio azaroso y una buena estrategia de marketing hicieron un imperio, vendiendo gran parte de toda la lotería a nivel nacional (y por tanto y por aquello de que la estadística es una diosa caprichosa, consiguiendo a menudo muchos premios, que los incautos dan como "milagrosa casualidad", sin ser nada más allá que "lo normal del hecho probabilístico). También es habitual que las asociaciones, cofradías y demás, hagan participaciones para vender por ejemplo 10 participaciones de un décimo a 2,50 euros, llevándose esos 5 euros al bolsillo por décimo.

 

Todo ello conforma una mística que le da bastante magia al día, con esos cánticos por la radio "ciento cincuenta miiiiiil pesetas", o "miiiiiil eurooooos", que generación tras generación hemos disfrutado, y luego visto en las televisiones que corren en manada a los pueblos donde se dice que ha caído el premio, el tercero, un quinto, la pedrea, lo que sea... Y por supuesto ¡El Gordo!, los 400.000 euros al décimo de los que Hacienda se lleva un pico, y los que salen diciendo que el "pellizco" les va a servir para tapar agujeros (ya sabemos: hipoteca, coche, estudios de los niños, arreglillos en la casa, etc.), una alegría que hace destapar botellas de cava extremeño y de champán catalán, y que incluso a los que sólo van de mirones les hace esbozar una sonrisa.

¿A partir de ahí? Pues una millonada para las arcas del Estado y un día de ilusión (y semanas previas) para tantos, que finalmente queda en "el día de la Salud" para los que al menos tienen salud (que otros ni siquiera).

En mi caso, no vengo de una familia con gran tradición lotera, pero cuando he tenido mis propios ingresos y familia, siempre he comprado algo, una media de 40€, que es irrisorio respecto a lo que gastan otros, pero que dado que no suelo tener suerte en el azar, me parece coherente, aun a sabiendas de que la intuición me dice que es endiabladamente difícil que me toque alguna vez algo. Aparte, juego a no jugar, lo que quiere decir que algún día va a tocar algo gordo a los de mi alrededor y seguramente me la ofrecieron, pero es que no se puede estar comprando todo el día lotería, más quisieran las cofradías, y así termino este párrafo con rima.

Total, que este año juego la friolera de 22€ de lotería (la mayoría al número 22411), y espero que como el pasado año me tocó la pedrea, este año sea un quinto premio al menos, que me vendrá bien para tapar agujeros, "literalmente", literalmente bien usada la palabra.

Que Dios y los bombos repartan suerte, y cuando escuchéis vuestro número y lo comprobéis luego en la lista oficial del sorteo, no os volváis locos ante los cantos de sirena de vuestro "angelito malo" o del director del Banco Hispanoamericano, pensad y repensad, porque seguramente nos os veréis en otra. Invertidlo bien y con cabeza, que todos ven muy fácil inversión con el dinero de los demás, y simplemente y como siempre pasa, que sí, que si no hay suerte, que haya salud, y que amanezca, que no es poco...

16 diciembre, 2024

Miotomos, esos ricos trocillos de pescado

Dentro de lo que podríamos llamar "síganme para más documentales frikis de naturaleza y gastronomía", hoy vamos a hablar de algo que todos hemos visto alguna vez, pero que bien pocos sabíamos cómo se llama.

Digamos que esto es un poco como esos típicos objetos o partes de objetos que todos usamos a diario pero sin saber cómo nombrarlos, como la tripa (parte interior de un libro), la falleba (cerradura de las ventanas), los guedejos (mechones de pelo), el diapasón (donde van incrustados los trastes en el mástil de la guitarra) o las jambas (las partes que sostienen el dintel de una puerta). También pasa con cosas como el famoso "petricor", el olor a humedad o tierra mojada de cuando empieza a llover, que se hizo popular hace unos años y ahora bastante gente conoce.

Es curioso, porque realmente el castellano tiene cerca de doscientas mil palabras, pero ni por asomo los hablantes medios conocemos tantas. Se estima que la media es de unas treinta mil palabras, de las que usamos a diario unas miles, por lo que obviamente nos estamos dejando decenas de miles de bonitos vocablos sin utilizar, que la única utilidad real que tienen es para servir de preguntas en concursos como Pasapalabra o Boom cuando los concursantes son ya bastante eruditos y hay que apretarles las tuercas; y más allá, sólo para que Juan Manuel de Prada u otros las incluyan en sus culteranas novelas para que el pueblo llano se tenga que proveer de un buen diccionario para poder malentenderlas.

Total, que en el apartado de palabras raras que nombran cosas cotidianas, hoy me gustaría reparar en los lomos de atún o salmón, entre otros pescados, que si observamos bien cuando nos lo comemos, es como si ya estuvieran partidos en trozos más pequeños, como si de porciones de pizza se tratasen. Esos trocillos que se separan fácilmente sin apenas apretar el tenedor... Os pongo un ejemplo de un lomo aún sin cocinar, que una imagen vale más que mil palabras:

 

¿A que ahora no hay duda?

Pues bien, ¿cómo explicábamos hasta ahora a otra persona que nos hemos comido un lomo de atún aprovechando esos cortecillos naturales ya hechos, comiéndonos cada uno de ellos y paladeando hedonistamente todo el lomo hasta el final?

Pues justo esos trocillos se llamarían Miotomos, de modo que la explicación sería algo así: "me he ido comiendo el lomo de atún aprovechando los miotomos, separando cada uno de ellos y partiéndolo en dos trozos". ¡Fácil!

Pues ya sabéis, la próxima vez no tendréis problema para explicárselo a nadie porque ya sabéis el término, y sabéis utilizarlo con propiedad, así que simplemente degustadlo con gusto, y síganme para más palabras raras en el próximo capítulo...

11 diciembre, 2024

Invirtiendo en criptomonedas

Como podéis ver, he incluido este post en la categoría de "Ocio", porque así considero este tipo de temas, más un entretenimiento (que te puede hacer millonario, claro) que otra cosa.

En fin, lo primero es saber qué porras son eso de las criptomonedas. Básicamente vienen a ser lo mismo que cuando antiguamente alguien invertía en acciones de una empresa, y según la oferta y la demanda, esas acciones subían de precio (en teoría cuando mucha gente las compraba) o bajaban (en teoría cuando mucha gente las vendía). Así, tú metías 100 euros en acciones de Acciona (para ser redundante aposta) y cuando pasaba un tiempo, podías vender y conseguir 200 euros si todo había ido bien, y 0 si la empresa quebraba... Todo muy bonito y arriesgado a la vez. Eso existe desde que el mundo es mundo y existen los inversores y gente o productos en los que invertir. A veces se gana y a veces se pierde.

Además de invertir en empresas, también es posible invertir de algún modo en monedas (o mejor dicho en divisas), ya que las monedas cambian de valor según los mercados. Así, tú puedes comprar 100 euros de dinares, que al cambio son 1000 dinares, y si más adelante el dinar ha ganado valor con respecto al euro y vendes esos 1000 dinares, quizá puedes obtener 150 euros y haber ganado un 50%.

Y es aquí cuando entran en juego las criptomonedas, que son un tipo de moneda inventada procedente de la criptografía y la informática, y que a diferencia de las monedas corrientes físicas, cuyos garantes son los gobiernos, sólo funcionan en el mundo digital y sus garantes son el consenso o la confianza de todos los usuarios de internet... Suena raro, pero pensándolo bien es el mismo funcionamiento de las acciones, como decía antes: tenemos un bien a la venta, y si convencemos a muchos para que lo compren, subirá de precio y todos nos forraremos, y viceversa.

 


 

Total, que fue hace unos meses cuando decidí invertir por primera vez en criptomonedas (hay miles de ellas), dado que el año pasado gasté unos 40 euros en lotería y este año no tenía pensado hacerlo, por lo que me dije: "si tú te gastas 40 euros en dos décimos de lotería de Navidad, te toca un reintegro que inviertes en el Niño y luego ya lo pierdes, pierdes 40 euros; entonces, ¿por qué no usar esos 40 euros de este año para probar la inversión en criptomonedas, aunque palme dicha inversión?" Y así lo hice...

También fue con intención de ver qué pasaría, haciendo un experimento con gaseosa, es decir: si yo invierto 50€ en criptomonedas y gano otros 50€, ¿qué habría pasado si hubiera invertido 5000€?

En definitiva, que me metí en mi Banco digital de cabecera, que tiene un apartado para invertir en criptomonedas y estuve echando un ojo a las posibilidades. Muchas subían, otras bajaban y no conocía muchas más allá de las famosas Ethereum, DodgeCoin o Bitcoin. Así, invertí 10€ en 5 monedas diferentes, de forma que unos días después se produjo un "crack" en las criptomonedas y me quedé ya sólo con 35€ (¡menudo gafe!). Aun así, pensé que era como si no me hubiera tocado el primer décimo de lotería, por lo que había que mantenerse erguido y persistir.

Meses después llegué a tener sólo 25€ y me quedé aliviado de haber invertido 50€ y no 50 millones de euros, y no fue hasta el pasado octubre cuando hubo una subida brutal de criptomonedas que me hizo volver a tener unos 45€, casi la inversión inicial, tras haber estado unos días mirando a menudo para ir vendiendo las que subían y también las que peor iban, y comprando otras más baratas (ojo, cada compra y venta alguien se lleva un 2% de lo que metes, así que por ejemplo el día que invertí 50€ ya tenía sólo 49€).

                                Esta imagen muestra la evolución del precio del Bitcoin desde 2010, vertiginosa...
 

Fui ahí cuando me di cuenta de que era un poco tedioso y una atadura estar mirando a menudo la aplicación (no la miraba de madrugada, pero muchos días te levantabas viendo que si hubieses vendido a las 4 de la mañana te habrías forrado, pero luego ya todo volvió a su ser a las 8 de la mañana, etc.), a lo que he de añadir que mi trastorno obsesivo-compulsivo al final hace que me agobie y la mire más de la cuenta, por lo que este tipo de cosas (alimentar tamagotchis, participar en las ligas fantasy o biwenger, llevar una granja de Farmville o ver diariamente las estadísticas del COVID) al final me suelen provocar ansiedad y yo mismo las acabo dejando de un plumazo un día. En este caso, hace dos semanas decidí vender todas las criptomonedas que tenía y metí los 40€ que me quedaron a una sola, para no tener que mirarla tanto. De repente bajó a 24€ y tuve que venderla y comprar otra, y así estamos a día de hoy, con 24€ metidos en una moneda llamada Ultiverse, con la esperanza de que llegue a multiplicar por 1000 su valor, o al menos recuperar mis 50€ iniciales, quién sabe... (conforme escribo estas líneas tiene ganado un 5%, no está mal).


Así, como inversor en criptomonedas ya de casi un año de duración, puedo daros algunos consejos para que lo hagáis bien, o al menos simplemente daros unas ideas de cómo me ha ido:

-El día que inviertes en una moneda que ha subido mucho, es en el que pega el bajón, ley de Murphy.

-Si invertes en una moneda que ha bajado mucho, pensando que en algún momento tiene que subir, error, seguirá bajando aún más.

-Si inviertes en Bitcoin, que es una moneda supuestamente más segura, que todo el mundo usa y que "no van a dejar caer", justo esa semana habrá recogida de beneficios y bajará.

-Si vendes una moneda que ha subido un poco, automáticamente sufrirá un despegue brutal y multiplicará su valor por 10.

-Si vendes una moneda que ha empezado a bajar, automáticamente sufrirá un rebote brutal y multiplicará su valor por 10.

-Si una moneda te da confianza por el nombre, desconfía.

-Si una moneda tiene un nombre muy feo y que hace desconfiar, desconfía.

-Si hay mucha gente que invierte en algo, desconfía.

-Desconfía en general del que te vende que te vas a forrar con su método que te explicará y te cobrará una pasta, porque de algo tienen que vivir, y si todos hiciéramos lo mismo, ¿entonces quién pierde para que nosotros ganamos? En fin, el pardillo somos nosotros.

-Ya aprovechando, y aunque no tiene nada que ver, desconfía si viene Brad Pitt o Scarlett Johansson pidiéndote dinero a cambio de su amor.

-Las monedas con nombres de equipos de fútbol suelen subir cuando ganan, pero esto no es una quiniela.

-Estar todo el rato comprando y vendiendo hace que pierdas todo el dinero en comisiones.

-Al final los que se forran siempre son los demás. 

-No hay mejor lotería que el trabajo y la economía (o la inversión en criptomonedas y NFTs claro, que es otra cosa parecida a las criptomonedas de la que algún día quizá hable después de tirar mi dinero en ella, claro).

Etc... 


Espero que estos consejos os sean útiles, y para los que consigan su sueño gracias a ellos: al menos invitad a una Ambar Extra cuando me veáis.

 

05 diciembre, 2024

Medidas contra la violencia de género, di no a los malotes

Partamos de la idea de que se me va a acusar de poner el foco en las víctimas, cosa que es horrorosa y por la que me deberían fusilar, pero... en 20 años de Ministerio de Igualdad las muertes por asesinatos machistas no han bajado, y el número de denuncias no hace más que subir... Alguien no está haciendo bien las cosas y quizá el enfoque no es el correcto, pese a que el pensamiento único que se establece y que es implacable con el que intenta buscar otro tipo de ópticas intente aplastar toda clase de disidencias.

En fin, no quiero extenderme mucho, pero voy a poner el foco en un caso que se repite una y otra vez cuando vemos noticias de violencia vicaria (un padre o novio daña o mata al hijo de una mujer) o violencia machista (un hombre daña o mata a una mujer con la que tiene algún tipo de relación sentimental: resulta que el sujeto tiene ya antecedentes penales, o que el sujeto tiene ya varias denuncias por violencia de género de esa misma u otra pareja anterior...

Ahora vamos con las preguntas que nadie es capaz de hacerse porque son ya de por sí machistas y no van alineadas con el pensamiento único: ¿qué les pasa por la cabeza a ciertas mujeres para entablar una relación con personajes que tienen antecedentes penales?, ¿por qué algunas acaban volviendo con sus maltratadores a pesar de haberles puesto varias denuncias?, ¿por qué muchas chicas jóvenes prefieren irse con los "malotes" del instituto o con individuos que son carne de presidio?


 

Y sigo: ¿qué tipo de sociedad es esta que no es capaz de censurar terriblemente este tipo de comportamientos de gente que NO, no van a cambiar? 

Pero no, no estoy poniendo el foco en las víctimas si lo pensáis así, estoy poniendo el foco en esa sociedad que cree en la reinserción de un individuo con antecedentes penales, o en la reinserción de un maltratador con varias denuncias (o que incluso es incapaz de haber encarcelado a alguien con varias denuncias, ese es otro tema), o en la conveniencia de que una chica joven entable una relación con uno de los chavales problemáticos de su colegio o instituto... ¿Por qué no nos manifestamos en contra de eso?, ¿por qué no ponemos ahí nuestra indignación cuando eso pasa?, ¿por qué no llenamos de más connotaciones negativas esos términos como "chico malo", "chico rebelde", "malote", "indómito" o "macarra"?

Insisto, no pongo el foco en la víctima porque ella simplemente está influida por el patriarcado, por las modas, por ese impulso mamífero primario que las mujeres tienen como animales que son y que no pueden evitar: sentirse atraídas por los malotes, a las pruebas y los análisis científicos me remito, es un hecho y ya está, no se puede luchar contra ello (como anécdota recuerdo que una vez "ligué" porque a una le parecía que yo tenía cara de rebelde, curioso...), pero... ahí entra en juego una sociedad que igual que ha sido capaz de hacer que ciertas cosas que antes eran normales ahora se vean mal, tiene que hacer lo mismo con este tema. Chicas: decid "no" a los malotes, y si decís "sí" o "sólo sí es sí", asumid las consecuencias, ése debería ser el mensaje, sin poner el foco en víctimas porque no las haya, que sería el objetivo.

Y poniendo de camino un ejemplo me voy a ir yendo: ¿quién volvería a quedar con el que le ha robado un reloj o la cartera?, ¿quién quedaría a tomar café con un carterista o un "relojista"? ¿por qué las personas nos sentimos tan atraídas por los relojistas y carteristas? ¡La sociedad debe poner el foco en ellos, y esforzarse por imbuirles esas connotaciones negativas! Eso sí, que no digan que tengo prejuicios por los malotes, que ni todos los malotes son violadores ni los "no malotes" están libres de serlo, pero a buen entendedor poco tendencioso pocas palabras bastan.

En fin, aquí lo dejo, y no, no estoy diciendo que la muerte del pequeño de dos años sea culpa de su madre, ni mucho menos, es culpa del asesino que lo hizo, del poder judicial que fue incapaz de condenarlo por tantos antecedentes, de las instituciones feministas insuficientes, y de la sociedad que no censuró enormemente las relaciones con malotes, algo nos queda por hacer, mucho nos queda por hacer, y pensando todos igual y pensando que todos los que no piensan como nosotros son unos machistas, no hacemos más que repetir los mismos procedimientos que darán por supuesto los mismos errores, una y otra vez.

29 noviembre, 2024

El carné de puntos o tarifa de ruidos

Contaminación, qué es la contaminación, ¿un montón de humo y un aire irrespirable? Sí claro, pero no sólo eso, contaminación son muchas otras cosas y muchas otras molestias, y sin duda que aparte de contaminar nuestra nariz y boca por donde pasa ese aire enrarecido, también existen la contaminación lumínica (que atora nuestra vista) y la contaminación acústica (que satura nuestros oídos).

Hoy vamos a reparar aquí en la última: la contaminación acústica, el ruido, que a veces puede ser simplemente molesto y que otras puede ser un completo infierno. 

Ruidos existen actualmente muchos, y dependen de dónde vivamos o por dónde pasemos, porque no son iguales los ruidos del campo (vaca haciendo mu, cabra con su cabrero, tractorcillo, gallina, campanas, el afilaor, la de los huevos, etc... insoportable para cualquier urbanita institucionalizado en la ciudad) que los de la urbe (coches sobre todo, pero apisonadoras, martillos percutores, autobuses, ambulancias y policía, camiones de la basura, aviones, el camión del tapicero, etc... insoportable para cualquier ruralita institucionalizado en el campo). Total, que los ruidos nos minan la moral a todos, vivamos donde vivamos, pero no todos producen el mismo grado de sufrimiento.


 

Dejando a un lado el tema de decibelios, que suelen ser la unidad de medida del ruido, que nos permiten comparar la potencia de dos sonidos y que conforme suben nos van haciendo pitar los oídos, y que tienen cierta regulación municipal que todos nos saltamos a la torera, habría que decir que hoy en día es prácticamente gratis hacer mucho ruido, saltándose a la torera la urbanidad y las buenas costumbres sociales.

Ejemplos de gente haciendo ruido a diestro y siniestro los tenemos a diario:

-El del taladro el domingo a las 8 de la mañana

-El tonto del Quad

-El fresco del autobusero calentando el motor

-El listo del móvil o el altavoz bluetooth a toda pastilla (antiguamente llevaban un "loro" o radiocassette)

-El guay de la musiquita machacona reguetonera a las tres de la mañana

-El flipao de la moto que debía irse a un circuito

-El imbécil del piano

-...etc... ya me entendéis.


Total, que ellos impunemente van contaminando el mundo con su ruido ensordecedor mientras los demás sólo podemos aguantarnos tapándonos los oídos o cerrando puertas y ventanas a cal y canto esperando que acaben, ellos no tienen vergüenza ni modales, y somos los demás los que lo sufrimos mientras los que nos tienen que defender miran para otro lado.

Así, se me ocurre que quizá sería justa la existencia de una especie de carné por puntos para ruidos, o de un "tope ruidal", o de "una cartilla de ruidos", o de una tarifa de ruidos, en definitiva, que de alguna forma irían contabilizando todo el ruido diario que hacemos cada persona o empresa o lo que sea, y según lo realizado, pagaríamos un canon.

Supongo que habría un ruido mínimo al que si no llegamos no pagamos nada, como si fuera un número de "decibelios/hora" o algo así, y a partir de ahí unos valores que irían subiendo el pago de forma exponencial, un poco al modo logarítmico de los propios decibelios: si tu ruido ha sido de 50db/hora pagas 1 euros, si es de 60db/hora pagas 10 euros, si es de 70db/hora, pagarías 100 euros, y si es de 80db/hora pues 1000 euros, y así sucesivamente. 

Pensemos quién puede hacer una media de 80db/hora, es complicado, porque muchos ruidos van encendiéndose y apagándose, pero nos podemos hacer una idea de mi idea (valga la redundancia).

Aparte de esos ruidos, habría otro pago por "picos de ruido" o algo así, de forma que todo ente que produzca algún ruido por encima de 90db por corto que sea, tiene que pagar un canon fijo de 0,50 céntimos por cada segundo, y si es de 100db, 5 euros, y si es de 110db, 50 euros, y si es de 120db, 500 euros.

Como añadidos, habría una "tarifa de fin de semana" o "festivos", y otra de "horas valle nocturnas" en las que las tasas tienen un factor multiplicador, quizá multiplicándose por 3, y en las que incluso podrían bajar un poco los límites de ruido a partir del que se paga.

En principio con eso, algunos propietarios de moto dejarían automáticamente de usarla, las empresas de autobuses se pondrían las pilas con la electrificación, y los vecinos no harían el palurdo a deshoras.

 


 

Un ejemplo diario de chaval que tiene una moto:

-La saca un ratillo por la mañana teniendo una hora en la que ha sumado por encima de los 60db/hora, con hasta 8 picos de 90db.  (Total: 10 euros de la hora y 4 euros de los picos)

-La saca otro ratillo por la tarde teniendo 4 picos de 90db y uno de 100db. (Total: 2 euros de los picos menores y 5 euros del pico mayor).

El total en un día sería de 21 euros por su tarifa de ruidos, y así sucesivamente para todos los chavales, todos los vecinos, todos los que van por la carretera y el cielo, todas las empresas, etc...


Creo que es una idea que se debería implantar ya, cuanto antes, para despejar nuestras calles, nuestros pueblos y ciudades de ruido, ante esa medida coercitiva del cobro.

¿Que cómo se llevaría a cabo técnicamente? Eso dejémoslo a los técnicos, pero no sería muy complicado hacerlo en un mundo actual tecnológico donde todos tenemos un Siri o una Alexa escuchándonos todo el día, ahí lo dejo, que para unas cosas somos muy listos y para otra no sabemos ni encender un cacharro.

Quizá así algunos tendrían más cuidado de darle al gas, cuando a final de mes les llegase la factura de 600 euros (por extrapolar lo de mi ejemplo anterior), y sí, quien más contamina más paga, y como añadido iría más allá, añadiendo también un porcentaje según IRPF, que eso siempre (en plan: "quien gana más de 50000, paga un 100% más, quien gana más de 500.000 paga un 1000% más, y así se contribuiría de forma más solidaria entre clases sociales, locura mía esa de la solidaridad en esta sociedad individualista y pasota).

Con eso de la Agenda 2030 y las nuevas tendencias ecolo-demagógicas, seguro que acabaremos viéndolo, tiempo al tiempo. ¿Y tú, has pagado ya la factura de ruidos del mes pasado?

 

23 noviembre, 2024

Siendo positivos, la solidaridad de la tribu nos salva

 Para que luego no se pueda pensar que sólo decimos cosas malas en las redes sociales, que no somos capaces de comentar lo bueno, que siempre nos quejamos, y no, también hay cosas buenas, que el ser humano no es malo por naturaleza aunque los que más destaquen lo sean, que todos o algunos llevamos dentro el espíritu de ayuda, que los más pasotas también lo tienen, y que quizá es lo mejor que los seres humanos tenemos todavía, ese sentimiento de tribu a la que hay que ayudar, esa unión que aunque cada uno vaya a su bola en el diario, surge con fuerza en las malas circunstancias.

 

Y así:

-Un camionero autónomo deja su trabajo un par de semanas para dar varios portes desde su pueblo a llevar herramientas para los que están limpiando Valencia

-Una mujer que no llega a final de mes dona 50€ para las víctimas en una campaña

-Otro que gana en dos minutos lo mismo que la de antes en un mes, dona 400.000€ así como si nada.

-Unos universitarios cruzan caminos durante cuatro horas para ir a ayudar, con unos guantes y una pala

-Una chica mueve en redes sociales montañas para conseguir que alguien ayude a sus vecinos.

-Un desconocido dona una silla de ruedas especial para un enfermo de parálisis

-Unos bomberos vascos viajan altruistamente para echar una mano

-Varias empresas de muebles envían muebles y colchones para la zona.

-Un aspirante a policía se tira una semana durmiendo 3 horas para seguir ayudando y ayudando.

-Supermercados, asociaciones, perfumerías, cuadrillas, instituciones, agrupaciones, almacenes, constructoras, concesionarios... muchos más, todos volcados en ayudar.




Entretanto, las hienas han surgido, porque ellas no forman parte de esa tribu:

-Los que estuvieron robando aquella noche todo lo que pillaron en los comercios

-Los que entran a las casas a echar un ojo.

-Los empresarios que obligaron a seguir trabajando a gente que no podía desplazarse varios kilómetros al haber perdido su coche.

-Los que mandaron a sus comerciales al día siguiente para intentar ir vendiendo productos para la reconstrucción.

-Las inmobiliarias que mandaron supuestos voluntarios para engañar a los que lo habían perdido todo para vender sus casas.

-Los seguros que rápidamente se quitaron de enmedio para no pagar nada con la excusa de la meteorología

-Los políticos y los "fans de algún extremo" que como buitres intentaron sacar tajada de los errores de sus oponentes.


 

Y sí, todas esas hienas abultan mucho, pero no son capaces de emborronar toda esa marea de solidaridad surgida de toda España y de parte del mundo, con ganas de ayudar, de limpiar, de acompañar, de proveer, de dar un gran abrazo, porque todo es un corazón embarrado, porque tantas cosas y personas se han perdido para siempre, porque reconstruir también es importante, porque mañana volverá a amanecer y ya no habrá nadie que piense en ellos, porque los gobiernos ni todo lo pueden ni todo lo quieren, y así, la solidaridad de la tribu es lo único que nos queda y lo único a lo que podemos agarrarnos, porque sí, cuando peor esté la cosa no desesperes, la tribu estará ahí.


17 noviembre, 2024

Mi primera vez: la riada en carretera

Nuevamente acudo a esta "categoría no oficial" o "categoría fantasma" de mi bitácora, la de mis primeras veces, que ya tiene varios artículos pero siguen sin esa oficialidad, sin tener himno ni bandera como tantos territorios apátridas.

Esta vez volvemos a la carretera, que siempre suele traer hilarantes situaciones a lo largo de nuestra vida a los que cogemos tan a menudo el coche, pues ya se sabe que las probabilidades de tener hechos recordables son directamente proporcionales a lo que uno se mueva.

A nadie le es ajeno lo destructivas que pueden ser las DANAs, las antiguas gotas frías o borrascas gordas de la leche, para muestra el botón de hace dos semanas en la provincia de Valencia que se llevó por delante cientos de vidas cuando uno de los secos barrancos de la zona recibió una inusual cantidad salvaje de agua, llenándose y desbordándose y arrasando varios pueblos al sur de la capital valenciana. Imágenes de casas con el agua llegando al techo, garajes 100% inundados e historias de gente que contaban que tuvieron que abandonar sus coches en mitad de la autovía y con una total oscuridad por la falta de luz, para salvar sus vidas caminando varios kilómetros hasta casa. Dantesco que se suele decir.


 

En principio aprendimos todos de ello, de lo importantes que son las alertas, de lo efectivos que son los protocolos de emergencias si se despliegan bien y se les hace caso, y de lo primordial que es que todos los que están al mando sepan cómo actuar.

Luego, llegó el anuncio de una nueva DANA, dos semanas después, sobre el barro y los escombros de esas poblaciones ya maltratadas, a lo que había que sumar un aviso de lluvias bastante potentes por la zona de Tarragona y de la costa malagueña.

Fue este martes noche cuando todo se precipitó, y la alerta roja llegó a Málaga, donde por el antecedente valenciano se cortó toda la actividad, ya fuera educativa, funcionarial e incluso facilitando a los trabajadores el teletrabajo y no acudir a su puesto si consideraban que fuera a haber peligro. Eso, visto varios días después, ha evitado muchos males mayores, también teniendo en cuenta esas imágenes del centro de Málaga con una cuarta de agua e igualmente en los barrios aledaños. En Granada la alerta naranja tuvo similares consecuencias, pese a que algunos se quejaban amargamente porque no parecía que fuese a llover tanto como en Málaga. El caso es que se cortaron los colegios y Universidad y el tráfico disminuyó al mínimo al estar mucha más gente teletrabajando, casi sin llover, eso sí.

Nosotros fuimos a trabajar estando todo el día lloviendo, pero sin más, pero fue por la tarde cuando supimos del desborde de un arroyo cercano, que tampoco parecía grave. Ya por la tarde, la voz de alarma... seguía lloviendo y la gente se estaba empezando a ir porque el arroyo estaba desbordado por la carretera y si no nos íbamos pronto se iba a cortar. Cuando yo salí no pensaba que fuera a haber tanta agua, al ser una autovía, pero de pronto al llegar a la zona del arroyo, primero el carril derecho lleno de agua que corría, luego se vino para el central y luego para el izquierdo, al que nos fuimos yendo todos para evitar la riada de 30-40 cm. que ya iban por el derecho. Entretanto, la cuneta/mediana llevaba mucha agua y empezaba a llenarse juntándose con la del río. En cualquier caso, era cuestión de pasar ese tramo y todo se arreglaría, pero, ¿y si alguno se quedaba atrancado por el agua o se asustaba y se paraba, y eso ya paralizaba el tráfico? ¿Nos quedaríamos parados y se empezaría a llenar todo de agua y a inundar los coches como en Valencia?

Total, cuando ya el carril izquierdo era un río que llegaba por algo más de mitad de las ruedas, empezaron a pararse los de delante, y lo primero que se me vino a la cabeza cuando miré a la derecha y vi un río pasando por los demás carriles fue lo que algunos bomberos comentaban de que cuando el agua está a la altura de la puerta ya no se puede abrir y hay que salir por las ventanas, pero que si el vehículo coge agua y se le va la electricidad, es imposible bajarlas y casi imposible romperlas sin un martillo de esos de los autobuses. En fin, que rápidamente actué bajando las dos ventanillas, mirando si tenía el móvil y la cartera en el bolsillo y descartando llevarme el paraguas al tener capucha en el chaquetón, ahí ya me vi listo para salir si la situación lo exigía...  Luego el agua subió algo más porque algún camión nos la lanzaba, y poco a poco los coches fueron avanzando lastimosa y acongojantemente hasta empezar a superar el problema...


Al final eso fue todo, pues aunque tuve que desviarme para ir a casa por aquel carril izquierdo, el resto fue sin problemas, como si no hubiera llovido 100 litros, sino 10 litros en la ciudad. Pero fue luego cuando llegaron las fotos y los vídeos de los que pasaron a la misma hora cuando reviví el peligro y vi que estuve a punto de meterme en un gran lío, pues sí que se veía un verdadero río bajando, y luego ya las fotos de coches inundados de agua que se quedaron varados, de gente que fue rescatada por los camioneros y luego ya por los bomberos, con el agua por el capó... Menos mal que me libré por cinco o diez minutos, pero los nervios que pasé pensando que mañana no tendría coche fueron bastante grandes, por no olvidar la peripecia de los valencianos andando kilómetros a oscuras hasta casa.

Hoy, mañana, pasado mañana, me reiré al pensarlo, pero ese pensamiento de "esto no me está pasando a mí" o "es un sueño" que tuve, para mí me lo guardo como momento tenso/terrorífico de este año.

Nada, cuidado con las Danas, respetad lo que digan los técnicos y seguid a pies juntillas los avisos, seguro que nos irá mejor, y a los que nos acaban rescatando, honor eterno...

12 noviembre, 2024

Viviendo como reyes

Cualquiera de nosotros tiene esa imagen mental de los reyes, ya sea por las películas, los cuadros o simplemente nuestra propia imaginación, véase: señores y señoras muy bien vestidos, con un buen cutis y brillo de cara, con unos kilitos de más provocados por la buenísima alimentación, cuidados por los mejores médicos, durmiendo en un colchón mullido, en habitaciones calentitas con su chimenea, en palacios bien acondicionados, bien protegidos por su guardia, con actividades de entretenimiento ya sea de caza en pabellón o de paseos a caballo, con sus bufones y teatrillos a domicilio, y también con sus tertulias, con su facilidad para comunicarse por carta o por emisario con cualquier persona del continente, al menos, con su dinero que entra a borbotones, etc, etc...

Pues eso, que si lo pensamos, cualquier persona media de hoy en día de las que vivimos en España vive mucho mejor que el 99% de esos Reyes que vivieron a lo largo de la historia, al menos hasta el Juan Carlos de Borbón ese, que sí está todavía entre nosotros.

No hace falta darle muchas vueltas para incluso ver que los pobres de hoy o los ajustados para llegar a fin de mes viven infinitamente mejor, más cómodos, aunque sí haya que reconocer obviamente que a veces la felicidad depende de lo que uno pueda conseguir en el contexto en el que está, por lo que la vida de aquellos reyes lógicamente era la mejor que se podía alcanzar entonces, no siendo la actual vida de pobre tan feliz porque hoy se puede llegar mucho más lejos, pese a que se tengan más comodidades que por entonces tenían aquellos reyes.

Y es que hoy en día tenemos tejidos que por entonces no soñarían, artículos de belleza que parecerían brujería, colchones viscoelásticos que ni Morfeo, suelos radiantes que nos permiten ir en calzoncillos, casas completamente acondicionadas llenas de electrodomésticos y cacharritos para facilitarnos las cosas, con luz, agua, gas e internet corrientes, tenemos policía de muchos tipos y securitas direct, tenemos plataformas de todo tipo en la red, tenemos actividades a nuestro alcance, y podemos enviar cualquier documento o hablar con cualquier persona del mundo, a golpe de clic, e incluso con los bitcoins nos puede entrar dinero a borbotones.


 

¡Qué no daría Felipe V por tener luz eléctrica, por tener agua calentita en todo momento, por abrir el frigorífico y tener de todo, por poder comunicarse con sus amplios dominios por videollamada!, pensémoslo, alucinaría de que un pobre actual tenga todo eso y él no. Alucinaría de ver que ahora se puede viajar a las Indias en un solo día, de que haya pastillas para domir, de que medio se curen el cáncer y la peste, incluso de que la gente se duche todos los días o tenga una dentadura de adolescente con ochenta años, qué no darían aquellos reyes por tener las comodidades que tenemos hoy en día, aunque nos quejemos: estamos viviendo el mejor momento de la historia para estar vivo, y aun así, aquellos, también vivían vidas felices y plenas, porque es verdad que esa felicidad depende de las expectativas, y si hubieran sido conscientes de lo que habría siglos después, habrían sido muy infelices y habrían estado indignados toda su vida por ello.

Por eso, sentiros satisfechos, que de verdad no ha habido mejor momento, aunque os falten cosas de las de hoy día, aunque sintáis envidia de los que las tienen, o quizá podáis pensar que en unos siglos se reirán de lo incómodas que podían ser nuestras vidas de hoy ante las facilidades de entonces. Y no lo olvidéis de aquí en adelante: ¡vivimos como reyes!