30 diciembre, 2021

Cuando el tiempo sí ha pasado

No soy yo muy de escribir o hablar del tema de hacerse mayor, el paso del tiempo y demás. Es algo que obviamente no podemos controlar, y que con suerte nos va a permitir estar en este mundo un puñado de años, décadas, algunos hasta una centuria entera si su esperanza de vida y los avances lo permiten, pero es verdad inamovible que aun viejos y decrépitos nos da la sensación de que la vida es un soplo y ha pasado demasiado rápido, siempre es y siempre será así.

Yo ya me hice mayor hace tiempo, es evidente, una vez que pasé los treintaipocos y me instalé en los treintaitantos que ahora peino (que no es que peine nada de nada), pero aún entro en esa categoría de los que dicen que "los cuarenta son los nuevos treinta" o "los treinta los nuevos veinte...", en fin, que aún puede uno medio salir de fiesta con los de veintitantos y dar el callo, o no parecer totalmente fuera de lugar en determinados círculos que no sean de instituto o universitarios, que ahí ya parecemos los padres de los alumnos, como otros lo fueron de nosotros en su tiempo.

No es ese hacerte mayor por ti mismo, sino el mayor que te hacen los demás. Te haces muy mayor cuando ves a Dani Martín del Canto del Loco cantando junto a Aitana y te das cuenta que la que es joven y arrolladora es ella, mientras que él es un cantante maduro y asentado, con las arrugas propias de los cuarenta y pico que ya tiene, que no son muchos ni nada, pero sí, él ya es ese cantante en la madurez, cuando hace nada era el joven y arrollador que entraba con zapatillas a las discotecas, y no fue ayer, de esa canción ya va a hacer 17 años, pocos menos que los que tiene esa Aitana.


 

Una de las imágenes más habituales para hacerte mayor es la de los deportistas, que un buen día "mueren" para el deporte y dejas de verlos diaria o semanalmente, para quizá no volver a aparecer algunos de ellos en tu vida, o hacerlo al cabo de los años. La imagen suele ser desoladora, pues ves a gente que recuerdas con 34 años, de repente con 45, y los años se notan, las bolsas, las arrugas, las canas, y la sensación de que son simplemente una práctica de Photoshop es clara, pero no, el Photoshop ha sido simplemente el paso del tiempo, y mírate tú. Recuerdo una foto de hace pocos días en que salían exjugadores de los 90 y 2000, algunos casi de mi edad que aún están para jugar, pero otros que podrían ser sus padres, y también los hay que llevan mejor o peor la edad, eso es una ruleta...

Recuerdo hace años cuando vi a mis ídolos del basket de los 80 en el videoclip de Loquillo y sus Jóvenes Airados, que fue un impacto terrible, aunque levemente sí que había visto a Epi en las retransmisiones, pero no al resto. En fin, es eso, tú congelas la imagen en el tiempo de las personas y de repente son otras, bueno, no, son exactamente los mismos niños, pero les han dado una mano de cal y un filtro de envejecimiento, justo el mismo filtro de envejecimiento que te darán a ti.

Luego está la muerte real, cuando aparece la noticia del fallecimiento de alguien que no debería estar muriendo, alguien "joven" o que viste "joven" hace un par de décadas. Quizá un cantante de moda de los 80, un deportista que en los 80 se retiró pero que viste jugar, y cosas así. No puede ser, si lo vi con cuarenta y tantos... ya, es que nacieron en el 50 y el año que viene habrían cumplido 72, buena edad ya para morirse, cerca del límite en el que cualquier día ya es bueno, y aunque se considere "era joven aún", no me lo creo ni yo. Sé y espero que veré morir a mis ídolos de los 90, pero quizá no estoy preparado aún para verlo, y entiendo que aún no será hasta la década del 2040, pero a saber si al cerrar los ojos no aparecemos todos ahí.

Ya digo, que no soy muy de esto, pero hoy he hecho una excepción, y sigo recordando algún detalle más, como cuando quedamos los del colegio hace 3 años y se pensó en echar un partido de fútbol, y alguna dijo que no nos llevarían luego al centro de salud. Me sorprendió el comentario, como si dijera que estábamos viejos, que nos íbamos a lesionar o a saber... Y llevaba razón en parte, pues por un lado sería la inactividad o por otra efectivamente la edad. Luego, fijándome, cada uno comentaba su estado, y tenías artritis reumatoide, roturas por estrés, el menisco, el talón de Aquiles, gente esperando resonancias, etc... y no, no entendía nada, ¿qué plaga de lesiones había habido entre gente tan joven? Pero no, aunque tú no lo ves, no está ocurriendo nada, ahora los que juegan son los de 19, y vosotros casi le dobláis en la edad, y vais teniendo vuestros achaques. A mí no me duele nada aún, y sigo jugando con esos de 19, pero probablemente las agujetas duelan y duren más, y las resacas sean ya eternas. 


 

Es como el abuelillo que sale con 90 años bañándose en Navidad en el mar, que lo lleva haciendo 80 años casi y para él es como el primer día, no ha cambiado nada, no ha pasado el tiempo, pero sí, los nuevos nadadores o los nuevos becarios, llamémosle como queramos y en la situación que queramos, siempre tienen la misma edad. No, los nuevos y los becarios no son cada vez más jóvenes, no, tienen la misma edad, y eres tú, somos nosotros los que vamos para arriba. Yo todos los años llego y saludo a la becaria de turno en plan colega, usando los "mazo", "es muy top", "en plan", "es muy tocho" o "qué pasa bro", y los primeros años era una suerte de flirteo entre una veinteañera y un casi treintañero, comprensible, entendible y divertido, y te miraban como a un igual. Los últimos años, las becarias empiezan a poner cara rara, como si su padre estuviera diciéndoles esas cosas, y el flirteo ha empezado a convertirse en una situación algo incómoda. Hoy ya no lo hago, es imposible, porque el tiempo sí ha pasado.

Y mientras todo esto pasa, y el tiempo también, todos tenemos cada vez más claro que cuando lleguemos a los 90, todo habrá pasado en un suspiro, y seremos exactamente los mismos que éramos 70 años antes, salvo los que se hubieran convertido en amargados de cuarenta o cincuenta en su momento, que esos no tienen arreglo.

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