09 noviembre, 2022

Apellidos de Porcuna (1)

Hoy abro lo que podría llamarse "un melón", con el comienzo de una serie de entradas que podría acabar hoy mismo sólo con la primera, que podría continuar unas poquitas más, o incluso con cientas de ellas. 

No me quiero extender demasiado en la introducción, pero bueno: apellidos en España ha habido a lo largo de la historia cientos de miles, algunos surgidos en época íbera o romana incluso, como hecho diferenciador entre personas llamadas exactamente igual. Luego llegó la época cristiana, en la que desaparecieron los anteriores y empezaron a germinar los que actualmente tenemos: uno y dos, hecho bastante raro en un planeta patriarcal en el que se suele heredar sólo el apellido paterno. 

En Porcuna la evolución fue obviamente parecida: apareciendo los "apellidos castellanos" a partir de mediados del siglo XIII, cuando fue su conquista, y habiendo documentados desde entonces más de 3000 distintos (seguramente sean muchos más, ya que los datos anteriores a 1560 son escasos).

En esta serie voy a repasar la historia de muchos de nuestros apellidos, algunos relevantes bien por haber sido frecuentes a lo largo de los siglos, por haber generado bastante documentación (pleitos de hidalguía, testamentos, cargos, nobleza, procesos judiciales, etc.), o por ser interesantes por algún motivo (curiosidades históricas, conexión con otros apellidos, antigüedad, etc).

No me quiero extender más en la introducción, así que haré las aclaraciones pertinentes sobre la marcha. Vamos con los 5 primeros ejemplos, que todos estarían en el grupo de los no muy comunes en la historia de Porcuna:

 

AGUADO

Apellido bastante común en España con unas 41.000 personas actualmente, siendo más habitual en las regiones del Norte. Su origen no está claro, y podría venir del mote de un caballero de la época de Fernando III el Santo, llamado Fortún Sáez.

Aparece en Porcuna en 1669 con el nacimiento del último hijo de Pedro León y Jerónima Aguado. Otra de las hijas, que debió nacer antes de la llegada del matrimonio a Porcuna, fue Polonia Aguado, que se casó en 1680 con Bernardo Montilla Hurtado, habiendo descendientes actualmente en el pueblo (entre los que me encuentro), pero ya con otros apellidos distintos al haberse heredado por vía materna.

Puntualmente, por esa época a caballo entre los siglos XVII y XVIII, lo encontramos en un par de matrimonios procedente de Andújar (Jaén) y Lopera (Jaén). 

No reaparece hasta el XX, procedente de Higuera de Calatrava (Jaén), aunque vuelve a perderse rápido.

 

ARMIJO 

Este es el caso de un apellido que tuvo cierta importancia en el pasado pero que ya no se encuentra en el pueblo. Es poco frecuente actualmente, con 2300 personas que lo llevan en España, de las que casi 1 de cada 3 nació en la provincia de Jaén. 

Aparece puntualmente en la década de 1580 con varios nacimientos de hijos de Pedro Ruiz Armijo y Ana Gutiérrez, sin que volvamos a verlo en casi dos siglos. 

En 1741 vuelve a resurgir con el matrimonio entre Pablo Aguilera Salcedo y Manuela Antonia Armijo Zea, ambos de lo que podríamos llamar “clase social alta”. Tras la muerte del marido, ella volvió a casarse en 1756 con Francisco Valenzuela, gobernador de la villa de Almodóvar del Campo. 

Del primer matrimonio llegan a casarse hasta tres hijos y dos hijas en Porcuna, que llevarán los apellidos “Aguilera y Armijo”, y que irán entroncando con otras familias nobles como los Orive de los Ríos, los Cuenca, Ruiz de Quero o incluso con otros Armijo de la propia familia (no olvidemos que la consanguinidad solía ser habitual en la época entre los nobles). 

Algunos de sus hijos entablaron pleito de hidalguía en la Real Chancillería, como Antonio de Armijo y Zea en 1771 y Juan Francisco Aguilera en 1796. También se casan en Porcuna algunos nietos como Cristino Aguilera Ruiz de Quero en 1842 con María Soledad Armijo Serrano. 

Los últimos matrimonios que aparecen en Porcuna son de dos hijos de este: Eduardo y Antonio Aguilera y Armijo, con dos hermanas: Josefa y María Dolores Ruibérriz de Torres Garrido-Espiga (hecho también frecuente en las clases altas el de casarse hermanos con hermanas, y también el de tener apellidos kilométricos y muy compuestos); y también su hija Antonia Aguilera Armijo, casada en 1863 con Juan Aguilera y Coca, perdiéndose a partir de ahí el apellido. 

Van a tener relación con la vida religiosa del pueblo, siendo los “Aguilera y Armijo” patronos de la capilla de los Aguilera en la Iglesia de Santa María, en concreto: Fernando, Juan y José. Y también apareciendo Antonio María de Armijo como hermano de la Cofradía de la Soledad en 1779. 

Ya no volveremos a ver el apellido en primer lugar hasta nuestros días.


BERZOSA 

Apellido poco común que llevan unas 4500 personas en España actualmente, siendo Jaén la provincia que más tiene, con el 18% del total. Su muy probable origen es toponímico, en la villa de Berzosa de Lozoya (Madrid).

En cuanto a las ramas actuales, su llegada a Porcuna es muy reciente, aunque lo vemos por primera vez con el matrimonio de Luis Bellido Salas y Agustina Ollero Berzosa, de Marmolejo (Jaén), en 1848, llegando a casarse también alguno de sus hijos, ya sin heredar el apellido, claro. 

Volverá a aparecer a finales del siglo XX con un matrimonio cuyo marido procedía de Úbeda (Jaén), y del que actualmente ya encontramos nietos que lo llevan. 


BURGUEÑO 

Apellido que llevan hoy día algo menos de 4000 personas en España, indicando la procedencia del que lo lleva, en la ciudad de Burgos. 

En 1532 aparece como testigo en una ordenanza municipal: Francisco Burgueño.

Entre 1563 y 1574, bautizan hijos Juan Burgueño y Bartolomé García Burgueño, alguno de los cuales también aparece casándose años después con el apellido. También encontramos como padrinos de bautismos a Alonso y Antón Ruiz Burgueño, o a Martín López Burgueño. 

En el Archivo de Indias aparece en 1581 un testamento de Antón Burgueño, siendo uno de sus herederos Bartolomé Gutiérrez Burgueño (posiblemente el anteriormente comentado, aunque con otro patronímico delante). Hay que explicar que hasta bien entrado el siglo XVIII era habitual que las personas utilizaran un patronímico entre el nombre y su apellido familiar (por ejemplo: Gutiérrez Burgueño, Ruiz Vallejo o López Carpintero), que podía ir cambiando entre hermanos y de padres a hijos, lo que dificulta mucho las búsquedas genealógicas.

En cualquier caso, al heredarse solo el patronímico o ir por vía materna, se perderá a lo largo del XVII. 


GLAMÓN 

Apellido de origen francés no existente actualmente en España. No sabemos con certeza de qué apellido procede, quizá sea Glameau o algo similar. 

Llega a Porcuna en 1775 con el matrimonio de Francisco Lucas Glamón Rosier, nacido en Murcia y vecino de Andújar (Jaén), y María Ignacia González. Los padres del marido eran Joan Baptiste Glamon y Gilberta Rosier, procedentes de Agen (Francia). No encontramos descendencia en Porcuna de este matrimonio. 

Francisco Glamón se vuelve a casar en 1796 con Benita Ojeda Martos, con la que sí tendrá descendencia que llegará hasta la actualidad, aunque con otros apellidos como Ramírez, Pérez o Millán. Al heredarlo solo sus hijas, el apellido acabará desapareciendo de Porcuna con el fallecimiento de la última de sus nietas, ya a primeros de siglo XX, pero como muchos otros apellidos hoy desconocidos, dejando una gran huella genética en muchos de los que ahora viven en el pueblo (sin ir más lejos, en el que les escribe). 

Como curiosidad, la última vez que aparece en los libros parroquiales es en 1906 en la boda de Manuel Vicente Barrera Glamón (nieto de Francisco Lucas Glamón) y Josefa Casado, “in articulo mortis” del marido, que contaba ya con 84 años y falleció semanas después.

 

Continuará...

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