12 enero, 2023

Nunca podré hablar sobre todo

 Andaba yo hoy pensando en qué publicar para estos días, primeros del folio en blanco que es un nuevo año, días dados a no aprovecharlos demasiado pensando que el año es muy largo, o a todo lo contrario, sabiendo lo efímero que es realmente un año por tener la experiencia del año acabado, que como todos, voló...

El caso es que echaba un ojo a los temas publicados en mi pasado, en más de 2000 entradas ya, y eran variopintos, aunque al fin y al cabo, publicados por una misma persona: repetitivos, escogidos siempre entre mis gustos, mis filias y mis fobias. Y así cavilaba sobre la posibilidad de cambiar totalmente de rumbo o de mimetizarme con los gustos de otra persona completamente diferente, para así dar más variedad a los temas de los que suelo hablar, y quizá hablaría de ballenas, de su caza, de deportes extraños como el críquet, de personas que salvan cachorros, de bolsa y brokers, de pinchadiscos y fiestas, de reivindicaciones de camareras de hotel, de mística ayurvédica, del cultivo del zumaque, de gastronomía zimbabuense o de política local de Nicaragua, quién sabe qué me deparará el destino.

Y así, pensando pensando, caigo en la cuenta de que es completamente imposible hablar de todos los temas, tocar todos los palos o englobar todo conocimiento humano en estas cuatro paredes del monitor o la pantalla en la que tú que lo lees y yo lo escribo, imposible del todo, excede a cualquier ser humano que lo quiera intentar, e incluso excede a cualquier grupo de seres humanos, grupúsculo o gran colectivo que intenten hacerlo (ni Wikipedia puede con su cultura del conocimiento humano compartido y la libertad), no, yo no puedo ni podría, y eso en cierta manera me aflige, y por otro lado me descarga de toda responsabilidad.


 

Reconozco que en cierta manera me reconcome eso, primero cuando veo que otros son mucho más variados, más completos, más entretenidos o viralizables (que me importa tres rábanos, eso sí), divertido seguro, pero que a mí me daría algo de pánico o ansiedad, así que lo prefiero; y segundo cuando efectivamente me doy cuenta de que estoy en mi mundo, ahí, en mis cuatro paredes de las que apenas salgo para ir a por víveres un par de veces al año, para tocar otros palos, pero siempre arropado por la seguridad de mis "cuatro temas", de esos que ya tienen etiquetas hace mucho, que van por doscientos o trescientos posts tan parecidos, tan iguales...

Y pienso si quizá simplemente esta no es más que mi personalidad bloguera, y punto, yo soy así y así escribiré, y como los principios no son inamovibles, a lo mejor en el futuro cambio o tengo otros, y a lo mejor no, que no tiene por qué ser malo cambiar ni salir de la zona de confort, ¡para qué hemos venido a este mundo si no es a estar cómodos y disfrutar!, pese a que obviamente también anime a cualquiera a ser valiente y vivir aventuras, claro que sí, quizá algún día lo haga, pero hasta entonces, seguiré publicando sobre lo mismo, sobre más de lo mismo, y cosas parecidas a lo mismo.

Y terminando ya termino pensando como empecé, que nunca podré hablar de tanto como debería, de tanto como existe a mi alrededor y de tanto como podría inventar, es meridianamente imposible, y más en una vida humana.

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