05 noviembre, 2021

Adiós a los animadores de los veranos

Hace sólo un año que publiqué una entrada relacionada con el tema del verano y sus canciones, y mira, justo este 2021 se han ido dos de los más importantes creadores de canciones del verano de nuestra historia: Raffaella Carrá y Georgie Dann (ella falleció en julio y él falleció ayer). Esta entrada va por ellos, por tantos momentos de diversión, de baile, por hacer sentir bien a la gente corriente por un momento, por hacernos, por hacerles a los nuestros disfrutar:

Decía una viejoven canción que un verano no es verano sin Georgie Dann, y tiene parte de cierto, sobre todo aquellos de los 80 y 90 en los que siempre sonaba machaconamente, diría que machacona y casposamente, pero esa caspa que entonces podríamos atribuirle se fue convirtiendo poco a poco en cariño, al fin y al cabo Georgie era un coetáneo nuestro y nada más que por eso somos conscientes de que algún día tendremos que explicarle a las nuevas generaciones quién fue y cómo es que tenía el truco para año tras año conseguir ser la canción del verano.


 

Otro caso es el de Raffaella Carrá, esa italiana que realizó gran parte de su carrera en España, en una España que la adoptó como musa, como chica de moda, luego señora de moda y después esa amiga o vecina que cualquiera desearía tener, por su buen rollo, por su simpatía y por supuesto siendo una artista, bailarina y cantante de las que han dejado huella. Una y otra vez desde los 70 fue consiguiendo un éxito musical tras otro, y posteriormente fue presentadora también de grandes producciones televisivas como el recordado "Hola Raffaella". Ni que decir tiene que como artista en general, de bastante más tamaño que el de él, pero los agrupo en el post por lo que ambos representan como animadores para varias generaciones.

 

Por sorpresa y sin esperarlo, pese a andar ya Dann en los 80 y Carrá rozándolos, se nos han ido este 2021 dejándonos en cierta manera huérfanos cada vez que oigamos sus éxitos machacones. Por ejemplo Georgie, francés de nacimiento, nos dio algunos como "el Bimbó", "el Negro no puede", "el Chiringuito" o "la Barbacoa"; mientras que Carrá, italiana de nacimiento, nos dio el "Fiesta", "Para hacer bien el amor hay que venir al sur", "En el amor todo es empezar" (explota mi corazón)

Música ligera, fácil, bailable hasta rabiar, letras pegadizas simples y sin complicación alguna para olvidar las penas mundanas y dejarse llevar. Melodías machaconas, estribillos para no pensar, bocados de evasión, carne de guateques, bodas, bautizos y comuniones, verbenas, noches de verano, ferias y fiestas, galas televisivas y festivales de la canción, con sus cuerpos de baile detrás. Estribillos que todos nos sabemos, queramos o no, seamos esnobs, negacionistas o jevimetals, pero todos sabemos qué viene después de "Para hacer bien el amor hay que venir al...", "explota explota mexpló..." o "la barbacoa, la barbacoa...", grandes e incluso chicos.

Como decía antes, ahí quedarán los dos, como anecdóticos animadores en una España que había salido de lo gris para llenarse de colores en los 70,80 y 90, y que ahora en cierta manera les ha despedido otra vez desde el gris, queremos más como ellos, los necesitamos, su frescura, su simpatía, herederos habrá, hasta siempre Rafaella, hasta siempre Georgie

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