18 septiembre, 2022

Cuando tu madre es famosa

Cuando tu madre es famosa, la gente la saluda por la calle

Cuando tu madre es famosa, todos se giran al verla

Cuando tu madre es famosa, vas de la mano de una celebridad

Cuando tu madre es famosa, su muerte es de todos, no sólo tuya

 

Quién tuviera una madre no famosa, para disfrutar tú solo de ella

Quién tuviera una madre no famosa, para gozar de ese anonimato

Quién tuviera una madre no famosa, para no ser blanco de las miradas

Cuando tu madre no es famosa, su muerte es tuya y de nadie más

 

Es raro, cuando tu madre es famosa, eres un privilegiado por tenerla

Es raro, cuando tu madre es famosa, no es tuya al cien por cien

Es raro, cuando tu madre es famosa, todos saben quién es tu madre

Es raro, cuando tu madre es famosa, se va pero sigue existiendo para todos


Famosa como nadie era la madre de Carlos III, pero también se tuvo que ir

De pequeño era blanco de todas las miradas, su madre que resplandecía

De mayor también lo era, su madre que seguía resplandeciendo

De anciano tuvo y retuvo, aunque su madre ya sólo lo esperaba arriba


Cuando tu madre es famosa, sientes que es algo más que madre

Cuando tu madre es famosa, es como si fuera la madre de todos

Cuando tu madre es famosa, una sonrisilla orgullosa te asoma

Cuanto tu madre es famosa, lo sigue siendo pese a su pérdida


Quién tuviera una madre no famosa, para sentir cómo se siente

Quién tuviera una madre no famosa, para no compartirla con nadie

Quién tuviera una madre no famosa, para que nadie te la toque

Quién tuviera una madre no famosa, para sorprender a los demás


Es el sino de los que tenemos una madre famosa, de Carlos III, Felipe VI o Jesucristo, y de tantos otros, sólo nos queda intentar estar a la altura. Cuando tu madre es famosa, luce más por famosa que por madre, es así, y no hay por qué sentirse traicionado o egoísta. Madres que son de todos, simplemente. A lo mejor un día todos hacemos famosas a nuestras madres, a ver cómo se sienten.

2 comentarios:

Joselu dijo...

Sin duda, elijo tener una madre que no sea famosa. Ser famoso puede agrandar el ego pero es más una condena que otra cosa. Estoy orgulloso de mi anonimato, de mi menudencia social. Saludos.

Javi dijo...

Efectivamente es un tipo de condena, a veces incluso de por vida, no todos saben/sabemos llevarlo con la entereza debida y se nos acaba yendo la cabeza convirtiéndonos en rehenes autómatas de la fama, que también es una droga de la que necesitamos más y más.

Orgullo de no famosos, claro que sí. ¡Saludos!