Esos imbatibles records del mundo
Ayer saltaba la noticia en el mundo del atletismo: el francés Renaud Lavillenie había batido el histórico récord del mundo de salto con pértiga de Bubka. Es cierto que hay que matizar que el récord del mundo "verdadero" aún no lo ha batido, pues ayer compitió en pista cubierta, pero de por sí ya es una hazaña que alguien esté tan cerca del récord.
Eso me hace rememorar todos esos records conseguidos, algunos casi imbatibles, de esos que "aún no ha nacido el que los va a batir", aquellos records que todavía sobreviven impertérritos desde que éramos niños pequeños los que ahora peinamos canas, o lo que alguna vez las peinaremos, o que ni siquiera tendremos nada que peinar... Bueno, a lo que iba.
A día de hoy, los de los lanzamientos son prácticamente imbatibles, no aludiré al dopaje, pero hay tantas evidencias que casi asusta... Además esos no tienen tanta esencia de mito como otros, no sé por qué, pero es así.
Recuerdo ahora esa tarde de Goteborg cuando Jonathan Edwards (este sí peinaba canas ya) pulverizó el récord de Triple Salto, han pasado ya 18 largos años, 18 sorprendentes años, como si fueran un suspiro sólo. Nadie se acercó durante años, salvo el sueco Olsson, aunque ya tiene un posible heredero en Tamgho. Recuerdo que días después también batió el femenino la ex-rusa Kravets, que aún lo mantiene también. En los saltos puede haber dopaje también, pero tienen tanto de técnica que al final que se mantengan tantos años no puede ser más que porque tenía que ser así.
Imbatible también resulta el de Mike Powell, 8,95 en longitud, menuda barbaridad cuando superó el récord de Beamon. Al escucharlo pensé en un récord del siglo XIX, como si fuera un supermito del atletismo: "Dios mío, la olimpiada de México, si eso sería hace cientos de años...". Sólo Pedroso se ha acercado después, y ahora mismo no se sabe a ciencia cierta cuándo se batirá.
Luego están los récords de listón (pértiga y altura), de cuyos poseedores sólo recuerdo a los dos mismos de siempre: Sotomayor y Bubka. Ayer le dieron una pequeña puñalada al "zar", pero aún se mantienen ambos. Claramente Bondarenko y Lavillenie están llamados a batirlos este o el año que viene, cuando se pensaba que prácticamente eran imbatibles.
Respecto a la velocidad, la llegada e irrupción meteórica de Usain Bolt lo cambió todo, haciéndose pensar que nadie batirá los récords que él deje durante 30 ó 40 años, si es que los baten, y si es que el dopaje no está tan generalizado entonces o lo está tanto ahora... Grave error el suyo de dejarse llevar en la mayoría de las pruebas, lo que seguramente ha evitado que ponga una marca mucho inferior a la actual.
De hecho, ya lo he comentado en otras ocasiones: cuánto no se lamentarán Bubka o Isinbayeva, superhombre y supermujer capaces de batir ¡30 ó 40 récords del mundo!. Como si ir centímetro a centímetro como usureros de plusmarcas que fueron siempre, para ganar mucha pasta tuviese más mérito que el keniano que bate una sola vez un récord pero lo mantiene también durante 20 años como ellos... Ellos se lamentarán por no haber batido por más diferencia sus récords en algún momento, en vez de "guardarse" para luego sus buenos estados de forma. Por agonías se han quedado seguro sin 3-5 centímetros que por ejemplo ahora a Bubka le serían muy útiles para aguantar el récord. En fin, ya hablé de esto en este post, así que no insistiré.
También, recordar algunos en ciertas distancias que también hacen dudar: el de Michael Johnson, que nadie parece batir, los de Bekele y El Guerrouj, leyendas que seguramente tendrán muchos años hasta ver superados sus records.
Finalmente, un recuerdo para esa lacra del dopaje, encarnado en los records femeninos sobre todo, pues todos los récords de carreras de menos de 5000 metros están hechos por atletas muy dopadas (algunas eran prácticamente hombres ya en su momento por culpa de las hormonas tomadas, e incluso alguna falleció por ello), y no serán batidos probablemente en medio siglo (el de 800 metros ya tiene 31 años), si es que se baten... De hecho deberían anularse todos y empezarse desde cero.
En fin, tiempos pasados, récords ahí dejados que siempre volverán a ser batidos, sean de chocolate o de vainilla, pero seguro que alguien los superará...
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