28 agosto, 2021

Repasando 15 veranos de bitácora

 Se me acaba de ocurrir, y antes de empezar pienso si no será un post demasiado Personal, cosa que para nada me gusta pese a que al tener un blog, al final acabas impregnándole mucho de ti, incluso aunque mucho de lo que hables sea en plan jocoso, irónico y sin ser para nada serio al 100% incluso cuando hablas de algo serio, a veces incluso siendo serio al 0% cuando se habla de algo que no lo es. Total, que no tenía ningún post para final de agosto, y estando de vacaciones hoy se me ha ocurrido que por qué no va uno a repasar ya 15 veranos pasados en los que tenía blog.

Sí, esto es un privilegio que tenemos los viejos, que tienen los mayores y muy mayores, y es el de que cuando no tenemos nada que decir, cuando no se nos ocurre nada de qué hablar, tenemos la memoria, el pasado, lo que fuimos y pasamos, justo lo que jamás podrán tener que ahora la gente piensa que son los millenials (bueno, los millenials jamás lo tendrán en general, pero a los mal llamados millenials actuales, dales 50 años y estarán al borde de la jubilación también y con mucho que contar, tiempo al tiempo vejetes futuros que seréis hagáis lo que hagáis salvo si hacéis un "James Dean" o un "Hendrix").

A lo que voy, repasando repasando, me acuerdo de ese final de agosto de 2006 volviendo de Taizé, pasando por la estación de Madrid donde me despedían mi primo y su novia de entonces, con la que parecía que se iba a casar y mira, luego fue con otra, cosas de la vida. Al año siguiente me encontraba preparando un cross por primera vez, y en 2008 tras la resaca de los Juegos de Pekín no llegué más que a recordar viejas entradas donde hablaba de lo que pensaba sobre la gente que manda a sus viejos a la residencia

Pasamos a 2009, donde me encontraba preparando unas pruebas de acceso a Grado Superior, encontrándome desternillantes exámenes. Al año siguiente reivindicaba por un lado que no tenemos por qué pagar los rescates de gente sin cuidado en las montañas veraniegas, y también una discriminación en las fiestas de Porcuna. Al año siguiente hacía un repaso a los Bichos de Porcuna, y es que muchas de mis vacaciones las paso aquí y por supuesto surge literatura del lugar.


 

En 2012 pasamos las vacaciones en Huelva, donde tras un cartel con la antigua y real acepción de la palabra "bizarro", me quejaba de las modas actuales que modifican el lenguaje por analfabetismo. Fue al año siguiente, un año de mierda, en el que publiqué el post con más visitas de este blog, el de los juegos en la piscina que hacía por entonces con mis pequeños sobrinos, ahora unos señores y señoras de postín. En 2014, y aún me queda bastante repaso, en otro de nuestros viajes nos pasó una curiosa anécdota con uno de esos niños catalanes en principio de adoctrinamiento, que quise reflejar. 

En 2015 llegaba un nuevo Eurobasket, que ganamos por tercera vez en 4 campeonatos, y me pareció curiosa la proliferación de extranjeros en cada uno de los combinados nacionales, así que hice un repaso bastante apañado justo antes de comenzar el torneo (un clásico de los agosto, el comienzo de los torneos de la ÑBA, que ahora es conocida como "La Familia" tras una serie documental, y el desarrollo de la Vuelta a España). Al año siguiente y también eclipsado el verano por otros JJOO, ponía de manifiesto la indignación por el machismo en prensa deportiva, que nunca es poco y sigue siendo demasiado. Ya en 2017 recordaba a mi amigo Rafalito Izquierdo, que nos dejó ese año y que tantos veranos disfruté con él una década antes mientras buscaba mis ancestros.

Y repasando ya los últimos años, en 2018 por un lado recordaba que era el primer año sin ÑBA, y por otro guardaba una de esas letanías aprendidas de mis padres, para cuando tenga que enseñárselas a sus nietos. Al año siguiente repasaba las profesiones de Porcuna leídas en el archivo parroquial en esos veranos junto a Izquierdo, y también rellenaba con uno de esos post que hacía años tenía pensado preparar y al final lo publiqué sin apenas preparación, comprobando leyes de Murphy, y finalmente el año pasado echaba de menos la Feria Real de 2020 en Porcuna, que nunca iba a tener lugar, repasando lo que pudo ser el programa de feria, y que probablemente podría republicar este 2021 (que tampoco la habrá).

Quizá dentro de otros 15 años repase los 15 veranos anteriores, mis viajes, mis artículos sobre Porcuna, sobre personas, sobre palabras o incluso reivindicando discriminaciones, ojalá ya no las haya, no tengan sentido, y tampoco nada que hable de lo perdido por una pandemia ya muy atrás en el tiempo.

No pasa nada por ser viejo y tener veranos para repasar, es un privilegio, lo contrario sería un desastre.

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