Señores, señoras, compañeros de generación: han pasado 30 años

Esto parece casi como una alerta del móvil, una campana de iglesia dando la hora, un despertador o una megafonía de aeropuerto indicando la llegada de un vuelo.

Señores, señoras, hace 10 años les informé del paso de 2 décadas desde que un tío escribió a una tía algo que empezaba por "20 de abril...". Para los nacidos entre 1975 y 1985 es fácil saber a qué me refiero (para los antiguos también, pero nosotros éramos pequeños y nos marca aún más saber cuánto ha pasado, en qué nos hemos convertido y cuánto nos queda por hacer).

Simplemente me he visto en la obligación moral de recordároslo, por si no os habéis dado cuenta, por si el paso del tiempo no ha hecho mella en vosotros, por si los 40 siguen siendo los nuevos 30, o incluso los 30 los nuevos 20, que a saber... Algunos empezáis a ver a medio plazo los 50, pero no os preocupéis, pues con suerte dentro de 100 años sólo seremos "dust in the wind" que dijera aquel sabio Nobel.

Aquella vez ya lejana puse la canción, cosa que no habré de repetir esta vez, por conocida, quizá por desconocida ya para los postmillenials... hablaba de una cabaña de Turmo, donde se reían todos juntos, a saber fumando qué, pero por desgracia ya no queda casi nadie de los de antes, y los que hay, han cambiado, han cambiado, han cambiado... oh.



Sí, os podría hacer una gran lista de todos los que han cambiado, pero también de todos los que mantenéis por suerte vuestra esencia. Cada uno ha seguido su camino, algunos imitando lo que ven, otros abriendo nuevas veredas. Unos disfrutando cada segundo y otros sufriéndolo, pues la vida no es fácil ni hay trucos de la Hobby Consolas (por poner algo de los 90). A mí me suelen gustar esos que no han cambiado, pero también hay cierta curiosidad e interés por los que sí, ahora totalmente irreconocibles y distintos, casi extraterrestres.

Espero que todos hayáis cumplido vuestros sueños, y para los que aún no, que tengáis mucho tiempo para conseguirlo. Hace 10 años lo vislumbraba, y ahora ya es cierto para todos: ¡somos los adultos del siglo XXI!, los originales millenials antes de que la palabra cobrara un nuevo y peyorativo significado. El presente y el futuro ya son nuestros, simplemente: disfrutemos como si no hubiera un mañana, que en eso consiste el juego.