05 enero, 2025

Típico balance del año acabado (Año 19)

Alucinas cuando pasas del lustro, cuando te acercas a los 10, cuando pasas de un dígito a dos, cuando eres adolescente, y ahora cuando ya pasas de la mayoría de edad, quién sabe cuántas alucinaciones más nos quedan por esta bitácora.

Hoy rozamos ya la veintena, como si burla burlando fueran los años pasando, y por obligación autoimpuesta tengo que repasar por decimonovena vez lo ocurrido estos últimos 12 meses y trescientos sesenta y seis días, por aquello de la "bisiestez".

El año tuvo sus cosas parecidas a todos los años, y tuvo otras sorpresas inesperadas, aparte de confirmaciones de otras cosas que ya dábamos por hechas, algunas eran conformaciones "con lo que uno tiene" y otras eran "giros inesperados". Recordaré siempre algún susto que esta vez fue compatible con la vida pero que no lo son para todos los que lo sufren, y que por un lado fue cuestión de salud y por otro de una situación arriesgada. 

Por lo demás, damos gracias por estar vivos en general, como todos debemos hacerlo. El trabajo bien, en su monotonía y en su sorpresa y expectación por lo que podría haber cambiado, un gran halago por lo bien hecho que tampoco se traduce más allá de algo que poner en una estantería, por lo demás, es algo digno de tener y digno de dar las gracias por ello. La familia, pues igual, suerte de tenerla y que dure, pese a que a veces se produzcan cambios no deseados en sus integrantes. Este año han entrado y salido de ella varias personas, incluyendo algún fallecimiento como de costumbre, que siempre estos son un "amanece que no es poco" de manual para los que sí llegamos a comernos los lacasitos de Nochevieja.

En cuanto al deporte, no llegué a cumplir la máxima marcada de "una vez por semana", por culpa del maldito horario de invierno que imposibilita todo, y que las enfermedades que te dejan en el dique seco más días de la cuenta no lo permiten, así que dejémoslo como propósito de año nuevo o para el verano, que esperemos siga cumpliendo las expectativas bastante vacacionales de otros.

Por lo demás, el ir y venir de la rutina ya son suficientes para atontarlo a uno, pero al menos he podido sacar tiempo para publicar al fin el trabajo que tenía preparado desde hace un par de años, publicar algo que llevara mi nombre y de lo que estar orgulloso mostrando a tanta gente algo que desconocían y de lo que también pueden estar satisfechos, creo que también eso ha marcado el año, el ir y venir a la imprenta y las librerías con cajas de 15 kilos, yo y los que me han ayudado, cajas de las que aún queda alguna esperando que esos libros tengan finalmente su espacio en un lugar donde los quieran. Creo que ya como contribución a aquel "ten un hijo, planta un árbol, escribe un libro", es la última, y sólo queda ir a por la parejita... 

Total, que sin más que decir me despido hasta el año que viene en esta especie de carta, de botella tirada al mar, pero qué era el blog sino eso. Total, que os deseo lo mejor en este año que suena a fecha exacta y que incluso algunos rimarán, primer cuarto de siglo cepillado, que me da como idea hacer algún artículo de este, mi primer cuarto completo de siglo, sería curioso sí, aunque reconozco que se me ha hecho tan largo como la última década del siglo pasado, cosas de la relatividad en la percepción del paso del tiempo de la que ya he hablado.

Sin más, a todos, míos y mías, e incluso míes, ¡que tengáis un FELIZ 2025!