Divagando sobre polémica arbitral, pan y fútbol
Mira que esta de deporte es la cuarta categoría donde tengo más artículos clasificados, pero justo esta vez que tenía la obligación de hacer una entrada de esta temática, se me ha quedado para el final, gajes del oficio.
Se me había ocurrido estos días la posibilidad de hablar de la selección española de Rugby, que ha conseguido clasificarse para el Mundial por primera vez tras 28 años, y tras 2 eliminaciones en los despachos por tener nacionalizados ilegales (teniendo en cuenta que igualmente gran parte de los jugadores son nacidos fuera de España, eso sí), pero he decidido dejarlo para el propio Mundial, quizá para seguirlo. Otra opción fue el seguimiento de una partida de ajedrez, mostrando las fotos de cómo se iba desarrollando, pero nada, también cayó. Finalmente me he decidido por las polémicas arbitrales en el fútbol y el famoso VAR, una breve divagación (o "disertación" que quedaría muy fino). Vamos a ello:
Hoy en día resulta que el equipo que más se está quejando de los árbitros es el más beneficiado por ellos tradicionalmente, el Real Madrid. ¿Por qué esa inquina calumniosa de los no-madridistas contra el Madrid? Pues puede que algo de cierto haya en ello, pero al final el hecho es que los equipos que suelen ser mejores también son los que juegan más y los que obligan a los rivales a no dejarles jugar, de ahí que les hagan más penalties, más faltas, más fueras de juego, etc... y eso implica más dificultades de los árbitros para ser justos, y por tanto más equivocaciones. Así, si un equipo fuerte tira más a puerta, meterá más goles, le anularán más goles y meterá más goles que debían haber sido anulados. Igual pasa con las faltas, le harán más y habrá más faltas no pitadas, y así sucesivamente: es pura lógica, mejores equipos, más beneficiados, ni más ni menos, teniendo en cuenta honrosas excepciones puntuales en el tiempo.
A partir de ahí, es completamente absurdo pensar que el Madrid pueda estar siendo perjudicado, y no responde más que a una actitud partidista de los medios de comunicación y de amor acérrimo a unos colores de los aficionados, que es normal que lo intenten defender a capa y espada (como tampoco tiene sentido pensar que Barcelona y Atlético de Madrid no sean los otros dos equipos más beneficiados históricamente, queramos verlo o no).
No vamos ahora a intentar defender lo indefendible, pero ejemplos hay muchos a lo largo de las últimas décadas de sorprendentes rachas arbitrales a favor de estos equipos (los barcelonistas recordarán flagrantes rachas que han permitido al Madrid ganar algunos títulos, y por supuesto al Barcelona también).
Y luego está el famoso "caso Negreira" que nadie está siendo capaz de interpretar de la manera adecuada porque les ciegan las tendencias, y que aparte de ser un escándalo que seguramente no va a tener consecuencias para los culpables, nos muestra otra cara si lo pensamos fríamente: ¿por qué el segundo equipo más beneficiado históricamente iba a pagar dinero (o sobornar, quién sabe) a un árbitro? Pues parece lógico: para intentar ser al menos igual de beneficiado que al primero, el Madrid. O dicho de otra forma: el Barcelona tuvo que estar pagando durante lustros al famoso Negreira para intentar conseguir que los árbitros les trataran igual que al Madrid, cosa que analizada aquella época parece que fue así, y eso, dicho de esa forma, es francamente escandaloso por ambas partes (ya no hablamos de "pagar para ser beneficiado, sino para no ser perjudicado", y es grave, aunque no nos extraña viendo pasados escándalos). En fin, ríos de tinta correrán y no se llegará como siempre a ningún lado, pero no olvidemos todo el bagaje de Florentino que tantos parecen ocultar. Lo que ha hecho el Barcelona al fin y al cabo es ponerse a la altura del Madrid, y así, por tanto, ninguno de los dos puede decir que esté limpio y pueda siquiera hablar con autoridad moral sobre ser o no perjudicado.
Y luego también está lo del VAR, que viene a impartir justicia y lo que hace es todo lo contrario, pues ahora los árbitros ya no arbitran los partidos, sino que van corriendo como pollos sin cabeza pitando cuatro fueras y faltitas, esperando que les llamen por el pinganillo si ha pasado algo gordo. Así, todo depende de los del pinganillo, que a veces ante tonterías les llaman, y otras ante casos graves no les dicen nada: "sigan jugando, sigan". Y así, los futbolistas ya no saben si celebrar cuando marca un gol, si cortarse manos y brazos cuando están saltando o si ante cualquier tontería el VAR va a llamar al árbitro para liarla... es una tensión absurda, como si hubiera una mano negra por encima del partido para emborronar el trabajo de los jugadores y el árbitro, vamos, el anti-deporte...
Antes de terminar, decir que otro día hablaremos de los anti-futbolistas: los que se quejan por todo, los que tropiezan con todo, los que meten el codo para hacer daño, los que protestan todo, los que se tiran todo el rato buscando que piten falta, los malos compañeros, los que siempre entran en todas las grescas, los que siempre molestan a los árbitros, los que nunca tienen un bonito gesto, etc... y no, aunque todos hayáis pensado en Vinicius, no es el único así.
En fin, era una divagación-disertación, como dije. El fútbol vive como opio del pueblo de la polémica, sin lugar a dudas, y siempre hubo y la habrá, porque tanta pasión alrededor y tanta polarización la lleva consigo, y aunque ni a aficionados ni a medios les interesa parar tanta crispación, alguien debería hacerlo con buenas maneras, quizá haciendo que el VAR fuera más justo, quizá dejando de autocoaccionarse ante las actitudes de los grandes, quizá simplemente poniendo en marcha la "máquina que hace desaparecer los colores de las camisetas", pero, ¿no haría eso demasiado justo el deporte, y entonces a nadie le interesaría? Pues así es, pan y circo, hasta que la muerte los separe...
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PC: 24 días sin fumar. Plancha de XX segundos.
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