18 febrero, 2025

La máquina de inducir sueños, otra realidad

Pensaba el otro día que es una pena que teniendo unas 8 horas diarias (la tercera parte de nuestra vida) en las que estamos durmiendo (no todo ese rato soñando, pero parte sí), tuviéramos que aguantarnos con la "película" que nuestro cerebro nos monte cada noche, qué tiempo más desaprovechado.

Sería un poco como antiguamente cuando encendíamos la tele y veíamos sólo un canal, inevitablemente tragándonos lo que echaran, sin más posibilidad que apagarla si no nos gustaba. En los sueños pasa igual, hay un solo canal, pero incluso si no nos gusta lo que emiten, no podemos ni apagarlo (salvo profesionales de esto de soñar, que son capaces de forzar que su cerebro les despierte mediante trucos a desarrollar dentro del propio sueño, e inducirse rápidamente de nuevo el sueño para poder soñar con otra cosa). 

Y se me ocurre que igual que la televisión evolucionó para tener más canales y luego incluso los propios medios evolucionaron para matar a la televisión convencional, ¿no debería evolucionar un poco el mundo de los sueños para poder brindarnos una experiencia más acorde a los tiempos actuales? ¿No es verdad que soñamos igual que lo hacían nuestros antepasados de la edad de piedra?

Y sí, básicamente con los sueños el cerebro está recomponiendo y modelando lo vivido el día anterior (y muchos días anteriores más hasta que el individuo pueda recordar), realizando conexiones y desconexiones, aprendiendo y desaprendiendo, fijando y asimilando conocimiento y recuerdos, como tarea básica y necesaria de funcionamiento cerebral que es, pero... ¿no debería haber una manera de que nuestro propio cerebro siempre nos ofreciera sueños agradables y entretenidos? ¿Para qué aburrirnos con sueños repetitivos de la vida cotidiana? ¿Para qué asustarnos con sueños pesados de sorprendentes giros inesperados? ¿Para qué cansarnos con sueños burocráticos que nunca se resuelven? ¿Por qué no mostrarnos siempre diversión y adrenalina, hechos curiosos o rememoranzas de tiempos pasados? ¿Por qué no podemos soñar siempre con lo que nos gustaría ser y no podemos, o con lo que ya no puede ser en la realidad porque la vida cambió para siempre?

 

Yo creo que alguna forma debería haber y no se ha investigado lo suficiente, y de hecho, hay muchas maneras de inducirnos a soñar determinadas cosas, con personas o temáticas, repitiendo determinados patrones como ver fotos de esa persona, escuchar mucho una música, ver cierta película o pensar un rato en ese mismo tema: normalmente el cerebro, en ese reajustar y recolocar neuronas, suele procesar también ese recuerdo de la foto, de la música o de la película, por lo que sí, acabamos soñando esa noche con ello, nos acordemos o no. Sería una forma de inducción, pero el sueño seguiría siendo aleatorio y no siempre gustodo.

La máquina del sueño... sería un gran invento, una especie de gramola en la que podríamos elegir la temática, las personas participantes, la época, el lugar, el grado de adrenalina, de miedo, de situaciones agradables, y por supuesto la entropía presente en el mismo, el desorden que queremos. Así, podríamos elegir soñar que estamos en la época de 1980 en Madrid, donde están presentes nuestros padres y hermanos, donde vamos a ir a ver un concierto de música clásica, y donde nos vamos a encontrar a Julio Iglesias, Emilio Butragueño y Gloria Fuertes durante el mismo, con un bajo grado de adrenalina y de miedo, y poca entropía, para no sobrecargar de emociones la noche relajadita. Por supuesto podríamos meternos en una película de acción donde aparecieran bastantes personajes de otras películas, con gran entropía con muchas emociones y siempre evitando despertarnos; y se me ocurre ser un estadista, un famoso deportista, volar, viajar a otros universos y blablabla... 

Sería un invento revolucionario que todo el mundo querría y haría nuestras noches mejores, más entretenidas, nuestros sueños más agradables y sólo existirían las pesadillas en caso de errores de la máquina que hicieran que el sistema no funcionase bien, y requiriese una actualización.

 

Y por supuesto, luego estarían los negacionistas o los agoreros, que dirían que el cerebro tiene que descansar, y que así estaría en tensión y sobreexcitación las 24 horas, y eso no puede ser, pero al fin y al cabo sería la máquina la que proyectaría esos sueños por encima de los "analógicos", por lo que el cerebro podría seguir creando sus propios sueños y podríamos conectarnos o no a ellos como ahora ponemos Netflix o aguantamos el Hormiguero como si nada, como campeones. Es decir, los mecanismos cerebrales no cambiarían, sólo cambiaría el cable de vídeo, por el que estaríamos conectados o no a los sueños inducidos por la máquina. 

Y, obviamente, la máquina no sería un cachivache similar a los cacharros para los ronquidos que usa ahora mucha gente (que ojo, al principio de su desarrollo seguramente sí lo sería, ahí enchufada a la corriente y nosotros con sus electrodos), sino que evolucionaría a un pendrive, luego a un chip, y finalmente no sería más que una aplicación conectada a la "nube", a la que nuestros cerebros ya estarían accediendo unos años antes, quizá desde hoy que os escribo, no queden más de 15 años sin que estemos "enganchados" literalmente a un Gran Hermano celestial.

Os dejo, que me voy a echar una siestecilla para soñar una peli en la que casualmente aparece la Scarlett Johansson, a ver si cruzamos un par de palabras, o al menos, para soñar una peli en la que en el futuro existe esa utópica y maravillosa máquina. 


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PC: 18 días sin fumar. Plancha de 80 segundos (afianzamos)

 

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